Si bien, se esperaba que este año fuera importante para la inversión sostenible, la actual crisis sanitaria y sus efectos económicos han precipitado aún más la importancia que la temática suponía. Los fondos que integran criterios de sostenibilidad no sólo eliminan los riesgos de cola, sino que incluso logran batir a los índices del mercado.

Sostenibilidad y rentabilidad: cómo encajan en una estrategia de largo plazo

España está haciendo, como país e industria, un gran esfuerzo en temas de sostenibilidad

La función de las gestoras de activos es influir en el mercado para que las compañías, gobiernos y emisores evolucionen, de lo más marrón a una senda de verde, apoyando la transición. Con un engagement y diálogo constante con las compañías para acompañarlas en la transición y cuyo impacto marginal será muy alto, y es donde la gestión activa cobra vital importancia.  España está haciendo, como país e industria, un esfuerzo importante en la inversión sostenible. Si bien, los planes de pensiones habían ido por delante, y la distribución minorista se había quedado al margen, la inclusión en los test de idoneidad ayudará mucho el crecimiento en la demanda de estos productos. 

En este sentido, los expertos creen que lo que es evidente es que antes de esta crisis la conclusión era que los aspectos medioambientales estaban en la parte de arriba de la agenda de todos los organismos y gobiernos. Esto a corto plazo ha cambiado, porque ahora se intenta sacar adelante al mundo, terminar con esta crisis sanitaria más que vigilar los aspectos medioambientales.   "Nosotros estamos intentando que no ocurra y estamos muy vigilantes a cómo tratan las compañías a sus empleados y cómo se pagan ellos mismos. Aquellas compañías que no permitan el teletrabajo y cuyos directivos reciban bonus estarán muy mal vistos por los consumidores", dice el experto de BMO que recomienda vigilar juntas de accionistas,  que ahora no se están celebrando, y poner bajo la lupa temas como la ampliaciones de capital o los dividendos. En definitiva, ver cómo se se usa el capital de las propias compañías.  Aunque ahora el foco está puesto en dividendos, recompras de acciones, plan se remuneración del equipo directivo, alineación de métricas medioambientales o sociales, desde Ibercaja Gestión creen que hay una profunda reflexión social sobre "qué hace una compañía ahora, cómo enfrenta el futuro y qué hará para salir de esta crisis". 

La experta de Allianz Global Investors cree que los esfuerzos de la Unión Europea han ido más encaminados en todo aquello que fomente la inversión en aquellos temas más relacionados con el cambio climático, sin embargo, dado el momento que vivimos la S (responsabilidad social) y la G (gobierno corporativo) están ganando mucha preponderancia en la sostenibilidad. Todo en un momento en que se empieza a analizar qué están haciendo los gobiernos para reactivar la economía. "Y esta es muy importante que esté ligada al cambio climático". 

Una visión crítica que habrá que tener también en cuenta en la parte de la deuda, tanto de gobiernos como de compañías. La experta de Ibercaja cree que habrá una parte de los estímulos que destinará a la financiación de las infraestructuras verdes. "En marzo un ejemplo fueron las emisiones de bonos verdes por parte de las eléctricas, las primeras que lograron liquidez y las emisiones de bonos que ganan más preponderancia como son los de sostenibilidad ligados con el concepto de salida adelante por la crisis del Covid-19". 

Más rentabilidad a largo plazo con una menor volatilidad

Desde el sector creen que es importante  mejorar las prácticas, será importante ver cómo las empresas y familias lidian con esta crisis y el cambio de mentalidad.  Desde Sabadell Urquijo Banca Privada creen que las cosas van bien pero deberíamos ver mejoras porque "todavía queda mucho camino por recorrer" Y para ello es necesario que haya una homogeneidad en los criterios que miden qué es sostenible y qué no. En lo que se refiere a la taxonomía, desde la industria creen que está bastante avanzada pero está muy enfocada a lo medioambiental. . "Todos deseamos tener una etiqueta que nos permita ver si un producto o compañía es verde o no pero el reto está en dar soluciones sencillas a algo tan complejo como es la medición de la sostenibilidad. Hoy en día hay muchos proveedores de datos, cada uno de ellos tienen una metodología, la correlación de los datos todavía es baja pero hay que tener en cuenta que esos proveedores no sólo absorben los datos que dan las compañías sino que la tratan haciendo ponderaciones en base a la exposición que tengan las compañías a uno u otro factor", dice la experta de Allianz GI que cree que esto no es malo pero hay un nivel de subjetividad que exige saber cómo se tratan esos datos y es función de las gestoras complementar esa información con el análisis propio. Al final lo que se busca es que todo el mundo "hable el mismo lenguaje. Lo que no puede ser es que proveedores externos analizando la misma compañía uno le de el rating de A y otro un rating de C", asegura Carlos Garay. 

En este punto, Luis Martín cree que haya bases de datos que puntúan y dan rating a las compañías es una gran guía pero "no es la biblia. Las gestoras son las responsables de hacer ese análisis extra financiero  y es donde entra el papel del engagement o activismo accionarial entra en juego. Porque esas bases de datos son estáticas, no miden la evolución y es ahí donde está la clave". En definitiva, vigilar aspectos críticos que tiene una compañía  y que, con la ayuda de la gestora y los accionistas, se pueda intentar que mejore poco a poco "haciendo que el impacto de esa compañía sea mayor que el de una que esté arriba del todo. En este punto, la gestión activa cobra vital importancia porque consigue mejorar las compañías y que tengan un impacto sostenible más sólido dentro de un año que el que tienen hoy". 

Sobre la mayor rentabilidad de este tipo de productos frente al resto, la evolución muestra que ha pasado de ser un producto que lograba reducir la volatilidad pero también logran los índices de mercado que no aplican la ISR y también en rentabilidad. Un exceso de retorno que ha ido de la mano de un incremento del interés por este tipo de productos, todavía rezagado frente a otros países de Europa. Sin embargo, "en cuanto el inversor vea que su rentabilidad no sólo es peor sino mejor el crecimiento seguirá siendo más alto",dice el experto de BMO.