Los analistas de la firma consideran que el precio del barril se estabilizará en torno a 40 dólares  en 2017 para, finalmente, situarse en torno a los 70 dólares en 2018.  En una nota dicen que “para reequilibrar el mercado mantenemos que la demanda debe alcanzar a la oferta ya que la producción no se va a reducir materialmente. El reto es que el crecimiento de la demanda se estaba ralentizando”. Con esto quieren decir que el punto de equilibrio entre oferta de petróleo y demanda no se van a encontrar hasta 2017.

En cuanto el efecto que pueda tener este largo periodo de bajos precios del petróleo en otros activos, los analistas de Morgan Staley explican que esperan que las divisas de los países ligados a la producción deberían seguir debilitándose y hacen una especial referencia al dólar canadiense y a la corona noruega.  Además, creen que los exportadores de otras materias primas como Australia y Nueva Zelanda verán cómo sus divisas se mueven también a la baja este ejercicio. 

Dicen también en su nota, que con el petróleo a una media de 30 dólares en 2016, Rusia deberá elegir entre vender los activos de su fondo soberano, o ver cómo su economía se contrae entre un 3 y un 3,5% este ejercicio.

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