Por marcas, Lidl registró el mayor número de incorreciones, con un 77%, seguido de Carrefour, Alcampo y Dia, con un 64% cada uno; El Corte Inglés (46%) y Eroski, Consum y Mercadona (con un 43% cada uno).

En cuanto a los tipos de incorrección, el estudio denuncia que los datos de carácter obligatorio son relegados a un segundo plano, frente al contenido comercial del producto, lo que implica que el consumidor debe "hacer un esfuerzo para localizarlos".

Así, las principales incorrecciones están relacionadas con la falta de inscripciones obligatorias como no ofrecer los datos completos del responsable del producto, no especificar las condiciones de conservación, no contar con indicaciones cuantitativas de ingredientes destacados, no indicar la fecha impresa de consumo preferente y contar con una denominación de venta incorrecta.

Respecto a los principios generales y la forma de presentación de la información obligatoria, la UCE constató que tanto el etiquetado como su presentación puede provocar confusión en el consumidor en relación con las características del producto.

Además, las indicaciones obligatorias "no figuran en un lugar destacado o no son visibles", mientras que la fecha de consumo preferente "no va acompañada ni de la fecha ni del lugar en que figura la etiqueta". Asimismo, no figuran en un mismo campo visual las indicaciones de denominación, cantidad, cantidad neta y marcado de fechas.

UN 30% DE AHORRO

En vista de los datos de este estudio, Roncero insistió en la importancia de cumplir con la legislación vigente ya que el consumidor "tiene derecho a la información". En su opinión, aunque la compra de productos de marca blanca "puede suponer un ahorro de hasta el 30% en la cesta de la compra", un menor precio "no justifica que se incumplan las normas".

Asimismo, Roncero hizo un llamamiento a los consumidores para que aumenten "su cultura de lectura del etiquetado", es decir, que se fijen en el etiquetado y la composición de los productos.

El presidente de la UCE anunció que los resultados de este informe --en el que se analizaron un total de 110 productos alimenticios-- se remitirá tanto al ministerio de Sanidad y Consumo como a los distintos distribuidores. Además, de cara a 2009, señaló que la organización de consumidores llevará a cabo un estudio similar entre marcas de fabricantes.