Durante el último fin de semana de Junio se produjo la reunión del G20 en Osaka, la cual finalizó con optimismo en relación a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, debido a que se abrió una tregua en la que se han frenado la imposición de nuevos aranceles a China y donde se permitirá a las empresas estadounidenses vender productos a la tecnológica Huawei.

En la jornada del martes, este optimismo rápidamente se vio enturbiado por las nuevas amenazas de Donald Trump a Europa de imponer nuevos aranceles por un total de 4000 millones de dólares, como represalias por las ayudas a la industria aeronáutica especialmente a Airbus.

En la jornada del miércoles, conocimos diversos datos macroeconómicos entre los que destacaron principalmente la disparidad entre los malos resultados de los PMI manufactureros y los buenos resultados PMI del sector servicios en Europa. Pese a estos datos macro, la jornada del miércoles se caracterizó por unas subidas generalizadas a nivel global debido al optimismo generado por la designación de Christine Lagarde como sucesora de Mario Draghi, dado que se prevé una política continuista que apoye los estímulos monetarios y  eso actúa en beneficio de las empresas, junto con la noticia de que Bruselas no va a multar a Italia por sus niveles de deuda.

Por su parte en Estados Unidos los datos del PMI han sido mejor de lo esperado, mientras que los datos de empleo en el sector privado mostraron  un crecimiento de 102.000 según la consultora ADP, siendo este dato peor de lo esperado. Este dato es importante, ya que suele interpretarse como un anticipo del dato de empleo oficial en el país, aunque en este caso, no se cumplió, ya que el viernes conocimos el dato NFP donde pudimos observar un crecimiento de 224.000 puestos de trabajo, muy por encima del consenso del mercado, que marcaba unas expectativas de 160.000 empleos para el mes de junio.

Paradójicamente, este buen dato de paro en los Estados Unidos, provocó una ola de incertidumbre en los mercados, ya que podría provocar que la FED no tuviese argumentos suficientes para mantener la postura expansionista que mostró en la reunión del pasado mes de junio, provocando un cierre bajista en la última sesión de la semana en los mercados en la que el IBEX marcó un descenso del 0.70% mientras que el SP500 registró un ligero retroceso del 0.18% y el DJ30 del 0.16%.

¿Qué pasará con el precio del petróleo?

Por otra parte, el pasado lunes, la OPEP decidió prolongar los actuales recortes que comenzaron el pasado mes de enero en la producción de petróleo por parte de los países miembros hasta marzo de 2020, tal y como adelantaron Arabia Saudí y Rusia en la reunión del G20 del pasado fin de semana. Es cierto que las decisiones de esta organización siguen teniendo impacto en los mercados financieros, pero cada vez esta repercusión es menor debido a la pérdida de cuota de mercado del cártel que cae por debajo del 30%, tras el aumento de la producción por países ajenos como Estados Unidos.

Esta decisión intenta aumentar el precio del crudo por el lado de la oferta, aunque esto no parece tarea fácil debido a las expectativas de crecimiento y de ralentización de la economía en el futuro, debidas principalmente por las tensiones comerciales, lo que puede provocar una caída en la demanda. Por otro lado, un incremento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán podría llevar a una subida en el precio del petróleo.

Una subida sostenida del precio, o unos niveles altos del petróleo, beneficia y perjudica a las distintas compañías. Una de las grandes beneficiadas ante estas subidas es Repsol dado que esta afecta principalmente a su modelo de negocio de manera positiva mientras que los grandes perjudicados son los sectores de consumo y el turismo, dado que el transporte se encarece debido al coste de los carburantes. En el caso del selectivo español, el gran perjudicado es IAG, dado que el coste del crudo representa un alto porcentaje de sus costes fijos, provocando una disminución de los márgenes de beneficios.

Además por su parte, IAG es una de las compañías con peor desarrollo durante este año 2019, con unas caídas acumuladas en torno al 25%, provocadas principalmente por las fuertes subidas del barril del petróleo desde finales del pasado año 2018 desde los niveles de 50 dólares, hasta superar los 75 dólares por barril a finales del mes de abril.

El IBEX35, a la cola

Dentro de la tónica general alcista, hemos podido observar que el selectivo español ha sido el que ha tenido un peor comportamiento a nivel europeo, ya que el IBEX35 se encuentra especialmente castigado por las políticas de bajos tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, debido al gran peso del estratégico sector bancario, el cual representa actualmente un 20% de la capitalización total del índice.

Mientras, gran parte de las subidas han sido protagonizadas principalmente por el sector de infraestructuras, como Cellnex y Acciona, y el energético en el que destacan Iberdrola, Endesa y Naturgy. Este buen rendimiento por parte de estos sectores, está relacionado con el buen comportamiento de estos negocios ante la actual política de bajos tipos de interés por parte del BCE dado su elevado volumen de deuda y junto con la atractiva política de dividendos.