Los lamentos por no haber entrado a tiempo en los rallies de mercado y la angustia por las valoraciones elevadas, suelen ser también parte de este tipo de subidas. Sin embargo, se puede considerar el caso de la mega subida de Tesla, como algo sintomático de una tendencia más generalizada de los mercados. La transición energética se está acelerando y la temática de los vehículos eléctricos está a la cabeza de esta mega tendencia.
Los eslabones más altos de la cadena de valor de la batería necesitan expandirse para posibilitar el crecimiento de las aplicaciones de consumidores, como lo son los vehículos eléctricos (VEs). La cadena de valor abarca a las materias primas y la fabricación de baterías y se sitúa en un ecosistema más amplio que incluye tecnología emergente como la carga inalámbrica y las pilas a combustible de hidrógeno y los habilitadores como el reciclaje y la infraestructura de carga. Una amplia exposición a este ecosistema podría ser una manera eficaz de capitalizar el potencial de crecimiento de esta temática.
Las mejores baterías, que son rentables y energéticamente eficientes, fomentarán la adopción de vehículos eléctricos más ampliamente. Según la firma Wood Mackenzie, se espera que los costes de la batería se reduzcan a la mitad durante la próxima década y alcancen un umbral crítico de adopción de $100/kWh para 2027. El logro de este objetivo será crucial, dadas las prohibiciones que muchos países han introducido en la venta de nuevos vehículos a gasolina y diésel para la próxima década. A medida que esto avanza, también es probable que evolucionen las químicas de batería. De hecho, ya estamos viendo una divergencia en las químicas de baterías, con Estados Unidos y Europa centrándose por un lado en las baterías de iones de litio y por el China, explorando una batería de fosfato de litio-hierro potencialmente más barata.
La investigación y el desarrollo también se extenderá más allá de las químicas de baterías, en el ámbito de las fuentes alternativas de energía de los vehículos. Dentro de este espacio, es probable que las pilas a combustible atraigan más interés. Las pilas a combustible son más ligeras y pequeñas en términos de volumen en comparación a las baterías. Por lo general, también se consideran más rápidas de recargar en comparación a las baterías de carga. Estos son algunos de los factores por los cuales la industria automotriz está tomando un gran interés en las pilas a combustible como otra fuente de energía eléctrica para los automóviles.
Pero un debate más amplio que se da actualmente en la industria, gira en torno a los costes y a la eficiencia energética. Las baterías son actualmente mucho más baratas de operar que las pilas a combustible y con la tecnología evolucionando rápidamente, los costes de la batería siguen disminuyendo. Las baterías también son más eficientes cuando se mira a todo el ciclo que el combustible realiza de “well-to-tank” y "tank-to-wheel", es decir, su abastecimiento y utilización para la conducción de vehículos. Según el reciente estudio de Volkswagen con la consultora de gestión Horváth & Partners (2020), las baterías alcanzan una eficiencia energética global del 70-90% durante este proceso, mientras que las pilas a combustible ofrecen una eficiencia del 25-35%. Esto se debe a que la producción de hidrógeno en las pilas de combustible, tal como está, no es del todo “ecológica”. A medida que se lleve a cabo una mayor innovación en esta área, el aumento de la eficiencia energética de todo el proceso y la reducción de costes, se convertirán en los principales desafíos para la adopción generalizada de las pilas a combustible.
La infraestructura de carga también requerirá de una inversión significativa para que se convierta realmente en una herramienta facilitadora en lugar de ser una restricción a la tecnología de los VEs. Wood Mackenzie ha pronosticado que la mitad de las ventas totales de automóviles de pasajeros serán eléctricas para 2040. Sólo una red de carga bien extendida, puede soportar esta proliferación de vehículos eléctricos en las carreteras. Pero el crecimiento de la infraestructura ya está en marcha. La reciente adquisición por parte de Shell del mayor proveedor de redes de carga de vehículos eléctricos del Reino Unido, Ubitricity, da testimonio de la transición energética que las principales compañías de energía realizar al invertir en la cadena de suministro de energía eléctrica. Asimismo, la firma Precedence Research pronostica que el mercado global de estaciones de carga de VEs, habrá de superar los 39.200 millones de dólares para finales de 2027, con una tasa de crecimiento anual compuesta de más del 40% entre 2020 y 2027.
Por lo tanto, el crecimiento en la temática de vehículos eléctricos no se limita solamente a un rally de acciones de unas semanas o meses. En cambio, se refiere a un cambio estructural que se espera que se dé lugar a lo largo de varios años, si no décadas. Es por ello, que la oportunidad de inversión es mucho más amplia y a largo plazo.