Juan y Ana han escrito ya su carta a los Reyes Magos bajo la atenta mirada de sus padres que les han impuesto como requisito pedir sólo tres regalos. Aún recortando la lista de los pequeños sus Majestades de Oriente o su papa Noel habrá de gastarse alrededor de 300 euros en cumplir con las peticiones: un coche teledirigido, un videojuego, un juego de construcción, un carrito de muñeca (no cualquiera, el de Pepita A. que por supuesto es el más caro), una muñeca eternamente rubia con curvas con sus mascotas y un maquillaje infantil que si no se vigila puede terminar formando parte de la decoración de la pared.A esto añadan el presupuesto para manjares navideños, para completar el vestuario de cara a las reuniones familiares, la gasolina para los viajes… En total según calculan los expertos más de 950 € nos harán falta por término medio en cada familia para afrontar estas fechas. Si a este dato le añadimos que según el estudio de Consumo en Navidad realizado por la Consultora Deloitte sólo el 17% por ciento de los españoles prevén el aumento de gastos de cara a diciembre y ahorran para ello, tenemos el panorama perfecto para el aumento del endeudamiento de las familias y los problemas que el pago de los intereses de algunos préstamos generan.“Fácil”, “Ágil”, “Ya”… Conceptos inmediatos que nos invitan a solicitar créditos que empujen a un consumo por encima de nuestras posibilidades. Las subidas del euribor y del IPC por encima de las de los sueldos hacen patente una pérdida de poder adquisitivo por parte de los españoles, un hecho que según Jordi Castilla del Gabinete Jurídico de Facua, organización en defensa de los derechos de los consumidores, no se asume de manera racional. “No entendemos el hecho de pedir un crédito para pasar una semana del año. Hay que adecuarse al presupuesto que tenemos y si no podemos continuar en el nivel de adquisición que hemos tenido ser conscientes de ello y ejercer un consumo responsable adecuado a nuestras posibilidades”.En fechas como estas el uso de la tarjeta de crédito y las peticiones de créditos rápidos aumenta considerablemente. Compras que se pueden financiar, regalos que no se pagarán hasta dentro de unos meses… Facilidades aparentes que nos permitan continuar en un tren de vida del que debimos bajarnos en la anterior estación. No es oro todo lo que reluce y así de ha de entenderlo el consumidor. Lo principal y más importante es hacer una lectura pausada y a conciencia de los contratos con este tipo de entidades financieras antes de rubricar con nuestra firma un papel que puede atarnos de pies y manos a la hora de ejercer nuestros derechos. Según el estudio de la Consultora, este año por primera vez se igualará el presupuesto destinado a alimentación y a juguetes dada la subida de los precios de la cesta de la compra, el 36% y el 38% de nuestros gastos se repartirán únicamente en dos días: Navidad y Reyes.El modelo de consumo con el que vivimos es alto pero podemos pagar un alto precio por ir más allá de nuestras posibilidades: Hay que leer con detenimiento todos los contratos, consultar si es preciso antes de firmarlos y fijarnos en los intereses que vamos a pagar por cubrir el expediente: el mejor regalo no ha de ser el más caro. Desde el gabinete jurídico de Facua se recuerda que una vez firmado el contrato es tarde para reclamar, en ese momento aceptamos absolutamente todas las condiciones establecidas y no hay manera después de exigir una rebaja en los intereses que rondan el 18% y pueden aumentar en función de las cláusulas establecidas por algún retraso en el pago hasta incluso el 30%.El consumidor español, según Deloitte tiene una visión pesimista para el próximo año dadas las previsiones de crecimiento del PIB que son del 2’6%, si bien parece ser que el dato se evapora cuando entramos en los grandes almacenes, que es donde más compras realizamos y donde según parece perdemos capacidad de pensamiento. Así que ojo avizor al endeudamiento apresurado para cubrir las apariencias. ¿Dónde ha quedado aquello que decían las abuelas de que la intención es la que cuenta? Pues eso, la buena intención y un detalle no muy caro puede hacer más ilusión que un regalo exclusivo que nos lleve a acumular una deuda mayor de la que podemos afrontar.Felices compras… Racionalizadas, por favor.