TheCityUK, la patronal de la industria de los servicios financieros y profesionales en Reino Unido acaba de admitir que el centro inversor londinense ha cambiado de pareja. El divorcio Brexit con la UE no sólo se ha consumado con el acuerdo de separación del espacio europeo, en vigor desde el inicio de este año, sino que ha encontrado un nuevo socio de baile. Las ventas al exterior de los servicios financieros de la City -desde los de contabilidad, hasta asesoramiento legal y fiscal o los propios de consultoría- supusieron el 34,2% de los 80.600 millones de dólares de su cifra de negocio. De los que sólo tres de cada diez dólares tuvieron por destino el mercado interior. Cuatro puntos por debajo del 34% que acapararon los clientes americanos. Pese a este cambio de preferencia exportadora, Reino Unido continuó liderando las ventas de servicios financieros a nivel mundial.

No es la primera vez que EEUU ocupa el peldaño más alto de demanda de servicios financieros made in UK. Ya ocurrió en 2016. Paradójicamente, el año del referéndum que decidió la suerte del Brexit. Los expertos de TheCityUK revelan el mayor y creciente interés de los inversores de EEUU en la industria financiera británica en un momento crucial, el pasado ejercicio, en el que las compañías, asoladas por los problemas de liquidez y cash flow y las tensiones de resiliencia sobre sus negocios, dirigieron sus puntos de mira hacia la City en busca de los nuevos nichos de oportunidades que dejaba la Gran Pandemia.    

Trystan Tether, abogado del bufete Bird & Bird, una de las firmas asociadas a TheCityUK, expresó el sentir generalizado del sector. Tether certificó que la oleada de inversiones desde el otro lado del Atlántico demuestra que Reino Unido “continúa siendo un mercado atractivo” tras el Brexit. Palabras que tuvieron constatación con datos. Porque el superávit comercial de los servicios de índole financiera de la City aumentó en 8,4 puntos, hasta los 79.300 millones de libras o 101.700 millones de dólares al término de 2020. Tendencia que se ha mantenido este año, debido a las disputas que Londres y Bruselas que han arreciado en el terreno comercial e inversor en el Año I después del Brexit y la puesta en escena de nuevos tratados económicos con otras latitudes. En los seis primeros meses de 2021, los servicios financieros británicos a EEUU, entre los que se incluyen también fondos de pensiones y contratos de seguros, alcanzaron los 15.000 millones de libras, frente a menos de 11.000 millones dirigidos hacia la UE, según datos recabados por el diario The Telegraph de la Oficina Nacional de Estadística británica, la ONS.

Este viraje supone un espaldarazo para los partidarios del Brexit y su intensa reivindicación de que la City elevaría su esplendor tras salir del club comunitario. Frente a los opositores que han argumentado que el estatus de Londres como hub financiero era un riesgo evidente para uno de los sectores productivos más dinámicos de la sexta economía del planeta y que perdería unos 200.000 puestos de trabajo -230.000 llegó a predecir la cúpula de la London Stock of Exchange- por el desplazamiento de bancos y otras empresas a mercados de la UE. El dato de TheCityUK muestra que el capital se concentra con mayor intensidad en Londres que en cualquier otra capital de las finanzas del espacio interior europeo. La industria británica acaparaba activos por valor de 14,3 billones de dólares al final del primer semestre de este año, por delante de la francesa y la alemana, mientras que sus servicios legales asociados se sitúan sólo por detrás de los estadounidenses.

La City contabiliza el 16% de los créditos bancarios transfronterizos y maneja el 43% del tráfico global de divisas, y gestiona más del doble de dólares que EEUU, dos aspectos en los que exhibe el mayor músculo competitivo internacional. Mientras su industria aseguradora es la cuarta del planeta y la mayor de Europa. William Wright, del think-tank New Financial, asegura que el salto comercial a EEUU se ha fraguado por las nuevas barreras arancelarias con la UE, así como por el mayor vigor mostrado hasta ahora por la principal economía mundial en el comienzo del ciclo post-Covid.

En la newsletter Marketplace de finales de septiembre ya se constataba que la salud de la City no se había resentido por el Brexit. A pesar de que el mercado interior representaba alrededor del 40% de las ventas de productos y servicios financieros británicos en el exterior. Y de que no pocos expertos habían avanzado que Ámsterdam sería el centro que ocuparía el hueco de la capital londinense. “Es una cuestión de confianza”, explica Barnabas Reynolds, socio de la firma legal internacional Shearman & Sterling, después de que una encuesta de octubre entre cargos ejecutivos y directivos de la industria financiera de la City en la que se decantaban por el papel dominante de Reino Unido, a pesar del Brexit. Andrew Hilton, economista del CSFI, traslada su optimismo hacia el futuro. “Londres seguirá siendo un top-tier financiero global, con precios que continuarán siendo especialmente competitivos y un amplio y atractivo catálogo de productos y servicios financieros”, explica. Antes de matizar que “Ámsterdam ha recogido algunos negocios bursátiles, Francia parte de los hedge funds y Alemania una porción del sector bancario, pero ninguno de ellos supone una amenaza para Londres”.