Tras un 2025 de alzas en los mercados de renta variable, ¿es 2026 un año para asumir riesgo o para proteger capital?

Creo que 2026 será un año complejo. De hecho, 2025 tampoco ha sido especialmente sencillo para los inversores. Es cierto que la renta variable europea ha funcionado muy bien y que el mercado español ha destacado con fuerza, pero en Estados Unidos las rentabilidades han sido bastante modestas, sobre todo para quienes no cubrieron el riesgo divisa. Por eso, la percepción del año depende mucho de la exposición que haya tenido cada inversor.

Mi impresión es que 2026 podría dividirse en dos fases. La primera sería positiva, porque hay factores que pueden impulsar a las bolsas, especialmente a la estadounidense, a hacerlo mejor que en 2025. La liquidez juega a favor: la Reserva Federal va a inyectar alrededor de 40.000 millones de dólares mensuales en el sistema, algo que beneficia a los activos de riesgo. Además, el mercado espera bajadas de tipos por parte de la FED, y el posible cambio en la presidencia del banco central en mayo apunta a una postura alineada con las ideas de Trump y con reducciones más agresivas de tipos. Todo ello podría sostener las subidas, primero en Estados Unidos y luego por contagio en el resto de mercados globales.

La segunda parte del año, sin embargo, podría traer dificultades. El mercado laboral estadounidense muestra debilidad: aunque los últimos datos no han sido tan negativos, las continuas revisiones a la baja reflejan fragilidad. Todavía no se ha entrado en recesión, por lo que esa primera mitad del año podría mantenerse positiva, pero si finalmente aumenta la probabilidad de recesión, las bolsas podrían sufrir, especialmente la americana, y con ella el resto de mercados. No es fácil prever cuándo se producirá esa transición entre un inicio favorable y un entorno más complicado.

Respecto a la renta fija, 2025 tampoco ha sido un buen año, salvo en los tramos más cortos que han aprovechado las bajadas del BCE. El resto —deuda pública a medio y largo plazo y corporativa— ha quedado incluso por debajo de la inflación. En 2026, el comportamiento dependerá del escenario económico. Es probable que, en una primera fase, la renta fija siga presionada, aunque aún pueda quedar alguna bajada de tipos del BCE. Gran parte del recorrido ya está hecho, salvo que finalmente llegue una recesión, donde los tramos largos de la curva podrían reflejar ese escenario. En general, no parece que la renta fija vaya a ofrecer grandes alegrías al inicio del año, y tocará ver cómo evolucionan los acontecimientos.

A nivel sectorial, ¿veremos una rotación real desde las tecnológicas hacia small caps y sectores infravalorados? ¿Qué peso deben tener compañías ligadas a IA  frente a valores tradicionales?  

De cara al inicio de 2026, es importante mantener exposición al sector tecnológico. No se trata solo de una estrategia de momentum: lo que funcionó en 2025 debería seguir funcionando en esta primera parte del año. En Estados Unidos es difícil que otro sector lidere el mercado, por lo que si esperamos un tramo final de ciclo con impulso bursátil, conviene seguir apostando por fondos tecnológicos y grandes compañías estadounidenses.

Las small caps también podrían beneficiarse de las perspectivas de bajadas de tipos por parte de la Fed. Se trata de un activo infravalorado que, en algún momento, podría recuperar parte del diferencial existente frente a las grandes compañías. Sin embargo, si observamos los flujos en Estados Unidos, estos están muy concentrados en grandes empresas a través de ETFs que replican índices como el S&P 500 o el Nasdaq. Además, la participación del inversor minorista podría intensificarse en este tramo final del ciclo, aumentando los flujos hacia ETFs de renta variable estadounidense y favoreciendo así a las grandes compañías y, por extensión, al sector tecnológico.

A pesar de los debates sobre una posible burbuja en la IA, no abandonaría el sector tecnológico en este inicio de 2026. Incluso si existiera una burbuja, todavía podría quedar recorrido antes de que estalle, y habrá que estar atentos a posibles OPV, especialmente las relacionadas con IA, que podrían marcar el final de este ciclo alcista.

En cuanto a la rotación sectorial, desde nuestra perspectiva el tecnológico sigue siendo uno de los más atractivos en valoración. Es cierto que existen grandes diferencias dentro del sector: compañías como Apple parecen caras, mientras que otras como Alphabet, Meta o Microsoft nos resultan baratas. En conjunto, el sector tecnológico estadounidense es, según nuestras estimaciones, uno de los más baratos ahora mismo. En cambio, otros sectores, como el financiero, nos gustan menos. Por eso, si creemos en este tramo final del ciclo alcista, el tecnológico sigue siendo el principal motor para la bolsa americana.

El Ibex 35 llega muy fuerte a 2026, pero según muchos analistas con potencial limitado. ¿Dónde están los márgenes de revalorización?

En la renta variable española ocurre algo similar a lo que vemos en la estadounidense: el comportamiento del índice depende en gran medida de un solo sector. En el caso del IBEX 35, el peso del sector financiero supera el 40%, de modo que es difícil que el Ibex suba sin una evolución positiva de los bancos. Y estos ya han tenido un comportamiento excepcional en 2025, con subidas muy destacadas, especialmente entre los bancos españoles.

¿Qué podría seguir empujando los bancos españoles? Las posibles bajadas de tipos podrían ayudar, aunque creemos que el BCE ya ha completado gran parte del recorrido. Además, el negocio bancario se basa en el diferencial entre tipos a corto y largo plazo, un margen que ahora parece más limitado. Otra vía sería el impulso de operaciones corporativas en el sector bancario europeo, como el intento de Unicredit sobre Commerzbank, que podrían reactivar el interés sobre el sector.

Sin embargo, desde nuestra perspectiva, el Ibex 35 se encuentra caro. De hecho, para nosotros la bolsa española es la bolsa más cara de Europa debido precisamente a su fuerte peso financiero. Por eso, vemos complicado que el índice avance con fuerza en 2026 si no es de la mano del sector bancario. No veo otro sector empujando a la bolsa española de cara a 2026: será el sector bancario o ninguno. Es lo mismo que ocurre en Estados Unidos con el sector tecnológico.

En el conjunto europeo somos algo más positivos: aunque el sector bancario también tiene peso, Europa cuenta con compañías tecnológicas de referencia dentro de los grandes índices, como SAP o ASML, lo que ofrece un soporte adicional a los mercados en esta primera parte de 2026.

¿Qué segmentos de la renta fija encajan mejor en las carteras de 2026?

De forma sintética, creemos que en 2026 es preferible centrarse en los tramos cortos de la renta fija, optando por fondos de corto plazo. El BCE todavía podría recortar tipos, mientras que los tramos largos seguirían bajo presión, salvo que finalmente se produzca una recesión en Europa y a nivel global, escenario en el que la renta fija de larga duración podría adquirir más sentido. En cuanto al high yield, pensamos que su comportamiento irá en línea con la renta variable: si las bolsas mantienen el impulso al inicio de 2026, este segmento también debería evolucionar positivamente. 

Principales riesgos en los mercados de cara a 2026

Para mí, el gran riesgo en 2026 es la situación del mercado laboral en Estados Unidos. Ya se aprecia un debilitamiento y muchas grandes compañías están recortando plantilla. Esto es relevante porque una parte importante del soporte bursátil procede de los planes de pensiones de empresa: los empleados estadounidenses destinan alrededor de 50.000 millones de dólares al mes a estos planes, y buena parte de esos recursos termina en la bolsa.

Si se produjera una fuerte crisis de empleo, no solo se vería afectado el consumo, sino también el propio mercado bursátil. La caída en las aportaciones a los planes de pensiones, e incluso la posibilidad de que los inversores llegaran a retirar dinero de ellos, podría revertir la dinámica positiva. Por eso, considero que el mercado laboral estadounidense es el principal foco de riesgo para las bolsas en 2026.