
El Oro vuelve a cobrar protagonismo en los mercados internacionales al alcanzar un nuevo récord histórico, superando los 3.780 dólares por onza en estos momentos y sumar en el año ganancias del 43%. ¿El motivo de este nuevo repunte? La combinación de expectativas monetarias, incertidumbre macroeconómica y la búsqueda de activos refugio por parte de los inversores.
Además, la tendencia alcista del oro se explica, en parte, "por la compra masiva de este metal por países como China, Japón y Reino Unido, buscando contrarrestar la dolarización y como un activo limitado similar al Bitcoin", señala Pablo García, de Divacons Alphavalue.
En el mismo sentido, Sergio Ávila, analista de IG España, cree que "al final, el oro está siendo un activo refugio que está actuando como tal. Por otro lado, estamos viendo compras de bancos centrales y también las posibilidades de que la Fed recorte más los tipos y, si baja tasas, eso abarata el mantener el oro frente a otros activos. Normalmente, cuando los tipos de interés son altos es más interesante tener bonos que oro, pero en un contexto en el que pueden bajar los tipos y que eso pueda incluso debilitar al dólar, también le beneficia al precio del oro porque la demanda aumenta también desde fuera de Estados Unidos".
En esta misma dirección, el director de Divacons añade que el metal precioso "se posiciona como una contraposición a activos como los bonos, cuya rentabilidad ha sido menor, y su apreciación también podría estar ligada a la depreciación del dólar, aunque este último factor se considera secundario".
Perspectivas del precio del oro
Con ello, Ávila cree que "el oro presenta un recorrido espectacular con lo que está haciendo, pero todavía tiene recorrido. Con tendencia claramente alcista, no hay nada que nos diga lo contrario". De esta forma, desde el lado técnico, "el primer soporte del oro lo tenemos en los 3.628 dólares. Y lo más normal es que sigamos viendo subidas".
Más allá del corto plazo, algunos analistas, como Christopher Wood de Jefferies incluso proyectan valoraciones estratosféricas de hasta 6.600 dólares por onza, aplicando ratios históricos.
Otros, como Goldman Sachs y Deutsche Bank predicen que el precio del oro podría alcanzar los 4.000 dólares por onza para fines de 2025, impulsado por la compra de bancos centrales, las tensiones geopolíticas y la debilidad del dólar estadounidense. Un precio que supondría para el metal precioso avances del 6,5% adicional desde los niveles actuales.
También desde Bank of America (BofA) apunta que desde 2001, el oro nunca ha caído en un escenario en el que el IPC estadounidense supera el 2% y la Reserva Federal está flexibilizando la política monetaria. "Incluso si ignoramos la crisis financiera mundial, el oro ha tenido una rentabilidad anual de alrededor del 13% durante la 'flexibilización inflacionaria'. Por lo tanto, mantenemos nuestro precio objetivo de 4.000 dólares por onza para 2026", explican estos analistas.

