Todo ello después de que el ministro saudí de Energía apuntase que su país trabaja con el objetivo de que la OPEP+, la OPEP y sus recientes aliados como Rusia, aplique nuevos recortes de producción. En los últimos doce meses, el Brent se deja un 31,3% y el West Texas un 32,9% después de que la reapertura de China no haya animado al mercado como se esperaba.
En abril, la OPEP+ confirmó un ajuste de producción voluntario adicional de 1,66 millones de barriles al día, después de los recortes anunciados por Arabia Saudí y Rusia. Arabia Saudí anunció un recorte voluntario de su producción de crudo de medio millón de barriles diarios, al que se sumaron en distinta medida otros países de la OPEP, mientras que Rusia anunció que ampliará hasta final de año el recorte de 500.000 barriles al día anunciado tras la entrada en vigor del tope al precio de sus exportaciones de crudo.
La demanda mundial de petróleo alcanzará en 2023 un nuevo máximo histórico de 102 millones de barriles diarios (mb/d), según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que ha revisado en 200.000 barriles diarios al alza su proyección anterior. De este modo, la agencia adscrita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) espera un aumento del consumo mundial de petróleo en 2,2 millones de barriles diarios respecto del dato de 2021.
Los precios del petróleo recortaban sus ganancias el miércoles, pero se mantenían firmes, después de que los inventarios estadounidenses y los suministros de combustible se contrajeran. "El petróleo está empezando a volverse alcista tras la amenaza saudí a los vendedores en corto", dijo Edward Moya, analista senior de OANDA, añadiendo que Arabia Saudita probablemente hará "lo que sea necesario para defender los precios". El barril de Brent cotiza este miércoles con un alza del 1,27% hasta los 78,23 dólares, mientras que el West Texas se revaloriza un 1,39% hasta los 74,36 dólares.
El temor a una contracción de la oferta aumentó después de que el ministro de Energía saudí dijera que mantendría "a raya" las posiciones bajistas, es decir, a quienes apuestan por una caída de los precios, y les dijo que "tuvieran cuidado".
Algunos inversores lo interpretaron como una señal de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluida Rusia, también conocida como OPEP+, podrían considerar nuevos recortes de la producción en una reunión el 4 de junio.
Tina Teng, analista de CMC Markets, dijo en una nota el miércoles que los precios del petróleo habían subido por la especulación de que la OPEP+ podría recortar aún más la producción para mantener la estabilidad de precios.
También impulsaron los precios del petróleo los datos de la industria a última hora del martes, que mostraron que los inventarios de crudo y combustible en Estados Unidos cayeron bruscamente.
Los inventarios de crudo cayeron en unos 6,8 millones de barriles en la semana finalizada el 19 de mayo, según fuentes del mercado que citan cifras del Instituto Estadounidense del Petróleo (API, por sus siglas en inglés). Los inventarios de gasolina cayeron unos 6,4 millones, mientras que los de destilados bajaron unos 1,8 millones.
Si los datos de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), que se publicarán el miércoles, confirman las cifras del API, los inventarios de gasolina en Estados Unidos habrían descendido por tercera semana consecutiva a sus niveles más bajos previos al Día de los Caídos desde 2014.
"Si eso se confirma con el informe de la EIA de mañana, podríamos empezar a ver cierta relajación de las preocupaciones recesivas", dijo Moya, de OANDA.
La festividad del Día de los Caídos en Estados Unidos, este año el 29 de mayo, marca tradicionalmente el inicio del pico de viajes de verano en Estados Unidos.
Por otra parte, los mercados seguían con preocupación las negociaciones sobre el techo de la deuda estadounidense, lo que a su vez atenuó las subidas del precio del petróleo. Otra ronda de negociaciones sobre el techo de la deuda terminó el martes sin señales de progreso, a medida que se acercaba la fecha límite para elevar el límite de endeudamiento del país de 31,4 billones de dólares o correr el riesgo de impago.