Cerramos un año extraordinario con una revalorización similar al de los mercados emergentes y es lógica una caída de beneficios, por lo que no daríamos importancia a las últimas caídas sobre todo conociendo los datos macro que hemos conocido hoy. No hay signos evidentes de que hayan cambiado las cosas, tenemos flojos volúmenes y no hay que hacer una lectura más allá de lo comentado.