Las nuevas medidas arancelarias anunciadas por el presidente Trump a finales de verano han tenido un efecto colateral en los mercados emergentes. Las divisas y los diferenciales de riesgo están en modo corrección. En Mainfirst piensan que se trata de un movimiento a corto plazo.

El atractivo de estos mercados aumentó considerablemente y, en las últimas semanas, los bonos de emergentes en divisa local están entre las opciones más interesantes. No obstante, aún no es suficiente para mejorar la confianza del mercado.

En el caso de Argentina, los inversores vieron cómo las tasas de inflación del país volvían a subir en vísperas de la primera vuelta electoral del pasado mes de agosto. En aquellos comicios, las encuestas predijeron para la reelección del actual presidente Macri, sin embargo, el resultado electoral de la primera vuelta dio como vencedor a Fernández y pilló a muchos inversores con posiciones en contra.

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Desde ese momento, se han producido algunos acontecimientos que ponen a Argentina en una situación poco cómoda. Tras la primera vuelta, el actual presidente en funciones, Macri se vio obligado a anunciar la ampliación del vencimiento de los bonos a corto plazo y una ampliación de los bonos del Estado en circulación.

El temor a una nueva reestructuración de la deuda argentina por parte del FMI se cebó con los mercados y los precios se hundieron descontando una quita de la deuda de entre el 50%-60%, dando lugar a importantes pérdidas con los bonos a largo plazo cayendo entre 20 y 40 puntos. De hecho, desde Mainfirst piensan que la incertidumbre sobre el próximo proceso de reestructuración llevará a una mayor volatilidad en el medio plazo en todos los segmentos de bonos.

El FMI ha mostrado en innumerables ocasiones su apoyo a una restructuración de la deuda; de hecho, ya se había avanzado bastante en este sentido antes de las elecciones de agosto. El problema es que, tras las primarias, los inversores no confían en el actual gobierno y menos aún en el gobierno Fernández/Kirchner, que probablemente salga de las urnas el próximo mes de octubre. Con una subida del 20% del peso argentino y nuevos controles de capital implementados, la inflación podría repuntar de nuevo.

Que Argentina sea o no sea de fiar para los inversores dependerá del equipo de gobierno que salga de las urnas el próximo mes de octubre. A pesar de la retórica más moderada del señor Fernández, muchos inversores internacionales recuerdan sus antecedentes gubernamentales. De hecho, los inversores están asumiendo una alta probabilidad de reestructuración de la deuda.

Los bonos soberanos, pero también los bonos corporativos, ya cotizaban en diferenciales de crédito mucho más amplios (muchos se mueven entre el 30% y el 45%). Creen desde la gestora que en la actualidad hay mucho miedo que ya se refleja en los precios actuales de los bonos.

En el caso de Mainfirst, aunque no tienen deuda soberana argentina, sí invierten en bonos en algunas provincias vinculados a compañías de petróleo y gas, y este temor a un gobierno Kichner se percibe en los precios. Por ello, en el último mes han reducido sus posiciones en el país.

En la actualidad, Argentina supone el 2% de la cartera del  MainFirst Emerging Markets Corporate Bond Fund Balanced y el 4% del MF Emerging Markets Credit Opportunities Fund. Han ido rebajando la exposición a medida que han ido aumentando las probabilidades de una victoria de Fernández sobre Macri, ya que esto se traduce en un aumento de volatilidad.