Durante 2020 Pangaea Oncology tuvo que hacer frente a las adversidades derivadas del Covid y esto se vio reflejado en los resultados del ejercicio. ¿Cómo ha evolucionado la compañía en este semestre?

Desde Pangaea Oncology estamos viendo una evolución muy favorable en el 2021, que honestamente pensábamos que donde íbamos a ver la recuperación principal iba a ser en la segunda mitad más que en la primera, pero ya estamos viendo que en la primera estamos prácticamente a niveles incluso muy superiores de actividad, tanto del año pasado como del año anterior.

También es verdad que en el año 2020, incluso con el impacto del Covid, nosotros crecimos un 24% en ventas orgánicamente y que pudimos mantener los niveles de EBITDA en valor absoluto y que además tuvimos una reducción de aproximadamente el 70% de la pérdida neta, por lo tanto, el 2020 sí que fue un año bueno para nosotros, pero también es verdad que estuvo apoyado por el diagnóstico en Covid, que es un diagnostico con menor margen, durante los momentos duros de la pandemia tuvimos que desdoblar los quipos médicos y de laboratorio, entre otras cosas, para que no hubiera contagios y aun así tuvimos un crecimiento orgánico sustancial.

En 2021 estamos viendo un año muy favorable tanto en la evolución de la parte clínica como en la evolución de la contratación de empresas farmacéuticas donde cada vez estamos teniendo más exposición internacional de pequeñas compañías, ya estamos trabajando para tres compañías que están cotizando en Nasdaq. Tenemos buenas expectativas para el ejercicio.

¿Qué previsiones tienen para el resto del año?

Partiendo de la base de que no damos estimaciones concretas en ningún año, lo que sí que podemos anticipar ya, desde la perspectiva orgánica, es crecimiento de más de doble dígito tanto en ventas como en EBITDA y una muy buena evolución de los indicadores en general. Todos los indicadores, en lo que llevamos de año, están creciendo a doble dígito, a diferencia del año pasado cuando había un mix diferente donde, por ejemplo, las visitas oncológicas si que crecían, pero aquella actividad derivada principalmente de la cirugía por culpa de la pandemia era la más impactada. En 2021 estamos viendo crecimiento en todas las líneas.

¿Cuáles son los objetivos principales del Plan Estratégico?

Tenemos varios pilares fundamentales, por un lado, queremos crecer la parte asistencial, que es la parte del Instituto Oncológico Dr. Rosell, la parte de oncología médica. Como compañía global, nosotros queremos que se nos vea como a una compañía que sea la boutique de la oncología de precisión, tanto el ámbito de cómo tratamos a los pacientes como en el ámbito de la prestación de servicios a las grandes compañías farmacéuticas.

Por lo tanto, los pilares fundamentales de crecimiento seguirán siendo la continua ampliación del número de visitas y de pacientes que hacemos, con un peso muy específico en todo lo que tiene que ver con la fortaleza de la unidad de ensayos clínicos y, por otro lado, ampliar el número de clientes farmacéuticos y también nuestra propia penetración dentro de cada uno de los clientes.

A partir de ahí hay tres pilares fundamentales adicionales, lo que queremos hacer es aunar y conjuntar excelencia médica, ya el año pasado tomamos una participación en el nuevo proyecto del oncólogo Javier Cortés - una eminencia a nivel mundial en cáncer de mama- y lo que queremos es seguir fortaleciendo el equipo de Pangaea Oncology con profesionales adicionales, pero siempre de muy alto standing.

Por último, nos estamos yendo hacia un mundo en el que el concepto de big data va a ser un tema muy importante y en el que nosotros vamos a poner un peso específico muy fuerte en los próximos ejercicios.

A pesar de que el crecimiento de Pangaea es principalmente orgánico, ¿podremos ver alguna operación de adquisición a corto-medio plazo?

Un ejercicio del capital que hemos hecho con diferentes inversores no solo se basa en fortalecer el balance de la compañía, sino también tener un instrumento que nos permita no solo crecer orgánicamente sino también hacer algunas adquisiciones selectivas, que actualmente estamos mirando y que esperamos poder anunciar a medio plazo.

Son operaciones que estamos analizando siempre desde la perspectiva de excelencia médica y de que sean operaciones relativas desde el punto de vista financiero, pero también estamos considerando algunas operaciones que tienen que ver con la incorporación de nuevas tecnologías en oncología de precisión que pensamos que van a poder complementar de manera muy significativa tanto el portfolio de tecnología que ofrecemos a nuestros pacientes, como el portfolio de tecnología que también ofrecemos a nuestros clientes farma.

Tras los movimientos en su accionariado, el convertible de Grupo Pikolín por 6 millones de euros y la entrada de nuevos consejeros, ¿cuáles han sido los objetivos de Pangaea?

Ha sido una operación muy importante para Pangaea. Desde hacía ya meses nosotros queríamos realizar una operación que cumpliera tres objetivos: por un lado, pensar que la familia Soláns, siempre ha apostado fuerte por nosotros, desde el inicio, porque fueron parte de la creación de nuestra compañía, tenía un peso específico relativo muy elevado comparado con otros accionistas cuando normalmente en España un family office con posiciones relativamente fuertes en compañías suelen tener entre un 15-20%.

Por el otro lado, queríamos ampliar nuestro consejo de administración y nuestra base accionarial con family office que tuviera la misma orientación, la misma vocación social, de ciencia, de aportación a la sociedad, family office que todos venían del mundo de la empresa familiar y además tenían una vocación muy importante desde el punto de vista de lo que significa la salud, más allá de la importancia de la inversión, que fueran familias que de alguna manera pudiera complementar nuestro consejo de administración y nos dieran potencia, de tal manera que, no solo dependíamos de familias como Soláns o Mayoral, sino que también lo complementábamos con la familia Villagrá de Vidaro, la familia Pascual de Serpis y López de Orensanas de inversiones.

Por lo tanto, hemos conjuntado una operación en la cual ha habido una serie de cruces accionariales que inicialmente parecía que la familia Soláns bajaba su posición accionarial, pero que justo posteriormente, mediante esos cruces, permitían la entrada de una caja muy importante para nosotros, 6 millones de euros, mediante un crédito convertible a corto plazo, concretamente convertible al mismo precio al que hemos hecho de media los cruces para estas familias que han subido participación y esto nos da un instrumento ideal para poder hacer este crecimiento inorgánico y para fortalecer la compañía.

Por el otro lado, también hemos complementado nuestro consejo de administración con dos consejeros independientes fundamentales como Ramón Raventós, con una trayectoria espectacular a nivel empresarial y, por supuesto, Miguel Ángel Bonachera, que le conocemos bien al estar involucrado en AB-Biotics. Con lo cual, pensamos que hemos cambiado y ampliado un núcleo estable muy importante que ha permitido meter caja a la compañía y que era exactamente el instrumento que estábamos buscando para acometer los objetivos de crecimiento inorgánico que tenemos.