Según informábamos en nuestra última presentación de resultados, el importe global de las preventas formalizadas durante los nueve primeros meses del año se situó en135 M€, un 105,5% y un 73,7% superior a los registrados durante el mismo período de 2020 y 2019, respectivamente. Este buen comportamiento tendrá su reflejo en los resultados de los próximos ejercicios, cuando se termine la construcción de esas viviendas y se entreguen a los compradores y es un claro indicador del buen momento que atraviesa el sector inmobiliario.

Aunque durante los nueve primeros meses del ejercicio la cifra de negocio de la actividad de promoción se ha reducido respecto del mismo período de 2020, esperamos cerrar el año con una cifra de negocio similar a la del ejercicio anterior, habida cuenta del importante volumen de operaciones previstas escriturar durante este último trimestre de 2021. En este sentido, quiero indicar que al cierre de septiembre el grupo contaba con preventas por importe de 46,9 M€ cuya entrega estaba prevista antes del cierre del año.

La actividad patrimonial está teniendo también un buen comportamiento, ya que a pesar de los efectos negativos que la pandemia ha tenido sobre los arrendamientos de determinados inmuebles, nuestro grupo ha conseguido cerrar los nueves primeros meses de2020 con una cifra de negocio de 11,1 M€, un 14,6% superior respecto del mismo período de los ejercicios 2019 y 2020. La tasa de ocupación se mantiene estable, en el 88,3%, así como la renta anualizada de los contratos en vigor, en 17,3M€.

Las actividades secundarias de construcción y prestación de servicios han presentado importantes crecimientos respecto del mismo período del ejercicio anterior (del 62% y 15%, respectivamente), derivado del impulso de las actividades durante este ejercicio 2021.

Las perspectivas futuras son muy positivas, en especial para la actividad de promoción residencial, por el efecto arrastre que sobre la actividad económica y el empleo van a provocar los fondos next generation, el mantenimiento de las buenas condiciones financieras para la adquisición de vivienda, la preferencia de los compradores por la vivienda de obra nueva y la demanda de vivienda como activo de inversión. A ello hay que añadir la vuelta de los extranjeros para la compra de segundas residencias en España.

La mayoría de los institutos de análisis prevén un importante crecimiento de la economía española en los próximos ejercicios, una vez quede definitivamente resuelta la crisis sanitaria, por el efecto tractor de los importantes fondos que va a recibir de la unión europea, que se traducirá en una importante creación de empleo, variable clave para la demanda de vivienda. También es de general aceptación, a pesar de las actuales presiones inflacionistas, que los tipos de interés se mantendrán bajos durante un prolongado período de tiempo.

Además, la pandemia ha provocado no solo una mayor importancia de la vivienda como bien de uso para una gran parte de las familias sino también un cambio en la tipología de las viviendas demandadas. A raíz de la pandemia y de los cambios sociológicos que ésta ha inducido, muchas familias buscan viviendas no sólo con más diseño, calidad y eficientes energéticamente, sino también de mayor tamaño y más espacios verdes a un precio asequible y estas viviendas se encuentran más entre la oferta de obra nueva que entre la de la usada.

De otro lado, la dificultad de acceso de los jóvenes a la vivienda en propiedad por la falta de ahorro previo para hacer frente a la parte del precio de la vivienda no financiada con la hipoteca está derivando una parte de esa demanda hacía el alquiler. Y esta mayor demanda de alquiler, unido a la reducida rentabilidad de otras inversiones alternativas, están empujando la demanda de vivienda como bien de inversión.

Adicionalmente, el sector de la promoción residencial en los últimos años se ha comportado de una forma muy ortodoxa, con una gran disciplina de la oferta, aumentando la producción conforme aumentaba la demanda y absorbiendo el stock del ciclo anterior. En la actualidad no hay oferta de obra nueva y a pesar de ello, los precios han tenido un comportamiento muy racional y aunque han aumentado en los últimos años, todavía se encuentran muy por debajo de los niveles del anterior ciclo. A nivel nacional, un -20% en términos nominales y eso que han transcurrido ya 13 años desde los máximos.

En definitiva, un buen desenvolvimiento de las variables fundamentales para un buen funcionamiento y desempeño futuro de la promoción residencial en España.

La principal amenaza a la que se enfrenta el sector de la promoción residencial es la inflación de costes derivada de la escasez de oferta de servicios de construcción y encarecimiento de las materias primas y energía, que obligue por un lado a una subida de precios, provocando una reducción del nivel de la demanda y por otro, que esta inflación afecte a la política monetaria e induzca un aumento de los tipos de interés, impactando todavía más en dicha demanda.

Aunque Grupo Insur se enfrenta también a este riesgo, cuenta con más armas para mitigarlo, al tener integrada en su estructura operativa la actividad de construcción.

Respecto a nuestra actividad patrimonial estimamos que, dada la calidad, ubicación y estado de nuestros activos, después de las importantes inversiones realizadas en reforma y adecuación de edificios, su cifra de negocio seguirá creciendo en el futuro por el efecto combinado del aumento de la tasa de ocupación y los precios de alquiler.

En definitiva, esperamos un buen ejercicio 2022 en todas las actividades, en las principales de promoción y patrimonial, pero también en las secundarias de construcción y prestación de servicios.