El IBEX 35 consolida su escalada y cotiza ya en torno a los 15.900 puntos, una cota psicológica que confirma su fortaleza en un contexto en el que los bancos siguen tirando del índice. Es normal que el selectivo español esté tan fuerte cuando la mayoría de sus componentes son entidades financieras. De hecho, tras la reciente corrección, la recuperación del sector ha sido inmediata, con BBVA avanzando más de un 7% en la última semana. El comportamiento del índice demuestra que sigue siendo uno de los más sólidos de Europa, y todo apunta a que el Ibex alcanzará los 16.000 o incluso los 16.200 puntos en las próximas semanas, aunque no hay que descartar un breve alto en el camino una vez superadas esas referencias.
En cuanto al plano sectorial, pese a los comentarios de que el bancario podría estar agotándose, sinceramente no lo veo así. Creo que son más bien elucubraciones propias de un mercado que lleva meses intentando anticipar un giro que, por ahora, no llega. El sector sigue siendo uno de los más fuertes de Europa, junto con el asegurador. Es cierto que el de utilities está ganando algo de tracción, como suele ocurrir con los valores defensivos, pero al margen de eso, es pronto para matar al mejor del Ibex 35 desde hace meses.
Dentro del sector, BBVA es, a mi juicio, uno de los valores más sólidos. Una vez despejada la incógnita sobre el desembolso que debía afrontar, ha retomado su tendencia y marca nuevos máximos sin señales de agotamiento. Otros bancos medianos, como Unicaja o Caixabank, también muestran buen tono. En cambio, Banco Sabadell, tras la fuerte subida reciente y descartarse movimientos corporativos, podría necesitar un respiro. Y con Bankinter, soy algo más cauto: sus últimos resultados no convencieron al mercado y el valor se mueve en una zona de apoyo delicada. En cualquier caso, si tuviera que hacer una foto de conjunto, diría que el sector sigue fuerte, aunque hay que ser selectivo con los nombres elegidos.
En cuanto al Oro, lo que estamos viendo me parece una corrección técnica más dentro de una tendencia alcista muy clara. Es normal que, tras subir cerca de un 40% desde los 3.000 dólares, el metal precioso retroceda algo. Diría que podríamos verlo caer hacia los 4.000 o incluso los 3.900 dólares, niveles que serían, en mi opinión, un buen punto de entrada para quienes buscan incorporarse al movimiento de medio plazo. No hay señales de agotamiento estructural en el oro. Al contrario: la tendencia sigue siendo impecable y, además, se aproxima una pauta estacional favorable, que suele arrancar en diciembre y extenderse hasta febrero. Entre los factores que la impulsan están las compras físicas por bodas en India o la búsqueda de refugio a comienzos de año. Por eso, si alguien está esperando para entrar, no lo haría ahora, en pleno pico de euforia. Preferiría esperar a esa zona de 3.900-4.000 dólares, donde es probable que vuelva a entrar dinero institucional. Yo, personalmente, esperaría a diciembre, cuando suele comenzar ese tramo alcista estacional, para aprovechar un mejor punto de entrada.

