La situación económica y financiera por la que atraviesa el mundo ha llamado también a las puertas de las gestoras de fondos. En España, por ejemplo, una de cada cuatro gestoras se ha visto o verá obligada a fusionarse para poder sobrevivir y es que, según los expertos, un fondo debe poseer un patrimonio mínimo de entre 150 y 200 millones de euros para superar la actual crisis.

A partir de los datos ofrecidos por la CNMV se ha sabido que los beneficios de los fondos se han desplomado hasta un 50% durante los primeros seis meses de 2009. De esta forma, 1.444 de los 2.709 fondos de inversión nacionales registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, un 53% no alcanzan los 20 millones de euros de patrimonio que determinan que un producto sea o no rentable para una gestora. Antes de la crisis, en junio de 2007, el porcentaje de fondos por debajo del umbral de rentabilidad era del 39%. Así, parece que la fusión también en este sector es una de las opciones para no desaparecer. No obstante, no es esta la única medida posible ni la protagonista de hoy, que serán las inversiones en mercados emergentes.

Mercados emergentes: los fondos se mantienen a flote

La actual crisis ha “terminado” con la idea de que invertir en Estados Unidos o Europa era sinónimo de inversión segura. A medida que las dos grandes potencias se hundían emergían nuevos mercados, especialmente América Latina, con Brasil como máximo exponente y, el asiático, con China a la cabeza.

El escenario financiero a lo largo de este año ha sido realmente alarmante, pero en todo desierto existen oasis y, en esta ocasión Latinoamérica es de los más fértiles gracias al menor impacto de la crisis y el impulso de la locomotora en que se ha convertido Brasil, “que a finales del 2009 podría llegar a convertirse en la octava economía mundial”, afirma Florian Tanzer, gestor de fondo DWS Brazil.

Las cifras son más que evidentes. En total, en el país carioca, trece fondos de inversión cerraron el primer trimestre del año con ganancias superiores al 20 por ciento; y más de un centenar obtuvieron rentabilidades superiores al 10 por ciento. Los motivos de esta evolución son varios, pero podrían resumirse en dos grandes bloques. Por una parte, las economías latinoamericanas están consiguiendo capear mejor que Europa y Estados Unidos la crisis desde un punto de vista macroeconómico “gracias a las medidas tomadas por el gobierno de Lula da Silva para fortalecer su economía –el desempleo está bajando significativamente, el índice de producción industrial sigue la tendencia de crecimiento y se ha recuperado la confianza del consumidor- y su posicionamiento como jugador global en el mercado de materias primas”, remarca Florian Tanzer. Por otro lado, que podría considerarse consecuencia del anterior, los mercados de valores de la región están evolucionando muy positivamente. De hecho, el índice MSCI Latinoamérica, que recoge la evolución de todos los principales valores latinoamericanos, gana un 15 por ciento en el año. Desde DWS Investments destacan la gran capitalización de las compañías brasileñas y su fuerte presencia en el mercado internacional, como por ejemplo los casos de Petrobas, una de las pocas empresas que continúa añadiendo reservas; Itau-Unibanco, el banco más grande del hemisferios sur y del que se espera que realice adquisiciones estratégicas próximamente; Vale, uno de los principales productores de hierro del mundo y proveedor líder del mercado brasileño y JBS, que es el mayor productor de carne del mundo.

Por su parte China, el gigante dormido parece que despierta y lo hace con energía. China está liderando la salida de la recesión mundial, además, su economía está realizando una importante aportación al impulso del crecimiento económico mundial durante lo que llevamos de año. Esto es así, gracias, en primer lugar, a que su sistema bancario no sufrió una crisis como la de las economías occidentales. En segundo lugar, aunque sus exportaciones se desplomaron de forma contundente ha tenido los recursos para afrontar el problema. Han sido sus enormes reservas de moneda extranjera (de unos 2,1 billones de dólares) y su superávit comercial lo que les ha permitido lanzar un plan de estímulo dirigido, principalmente, al consumo local.

Además de por los elevados niveles de liquidez inyectados a la economía, las bolsas también han sido favorecidas por los descensos de los tipos de interés y los menores requisitos para pedir hipotecas. Así, “el crecimiento de esta región será fácilmente del 8% este año y esperamos un 9-10% para el que viene”, declara Bryan Collings, gestor de Hexam, boutique especializada en mercados emergentes de Ignis Asset Management. La mayoría de las inversiones en las áreas de infraestructuras –debido al salto que está dando del campo a la ciudad- y local.

Al margen de Brasil y China, el MSCI Emerging Markets Index cerró octubre con ligeros cambios, a pesar de las fuertes ganancias cosechadas por las commodities. El rally tardío en el dólar y las preocupaciones sobre las Políticas de 2010 fueron los grandes responsables de borrar las primeras ganancias de la renta variable. La volatilidad también ha regresado y el índice VIX ha sobrepasado 30 por primera vez desde comienzos de julio. Las commodities han beneficiado a Rusia y Brasil que estuvieron entre los que obtuvieron mejores resultados. Por su parte, Korea ha bajado fuertemente debido a las inquietudes que existen sobre la fuerza del Won, con la expectativa de que el banco central del país podría subir los tipos, siguiendo el camino de Australia.

En conjunto, los países emergentes han sufrido menos la recesión que las economías desarrolladas. Sin embargo, su capacidad de resistencia difiere notablemente en función del país del que se trate y “Asia se desmarca notablemente de otras regiones. En cambio, la Europa Central y oriental han estado duramente castigadas por la crisis del sistema financiero que ha exacerbado sus desequilibrios estructurales”, declaran desde Banque Syz.