El pasado, presente y futuro de la entidad arranca en la confianza que depositaban en Pescanova gestores tanto nacionales como internacionales debido a la –ahora en entredicho- ‘solidez’ de sus cuentas. La Comisión Nacional del Mercado de Valores considera la información suministrada por Pescanova como “incompleta” e “insuficiente”
con lo que ha concedido cinco días más para presentar nuevamente la documentación. (Ver informe CNMV)

En el mes de marzo, tal fue la sorpresa para muchos gestores de fondos de inversión que la noticia sobre la dudosa validez de su balance les pilló con el pie cambiado cuando fue suspendida de cotización el pasado 12 de marzo, día en que cerró a 5,91 euros por título. 2012 arrancó habiendo perdido ya la cota de los 30 euros en una tendencia “claramente bajista”, según Roberto Moro, analista de Apta Negocios. Posteriormente llegó la ampliación de capital, luego nuevo batacazo hasta los 17 euros y en marzo ha venido la gran tormenta. ¿El resultado? Pérdidas cercanas al 75% para los inversores que hayan permanecido en Pescanova durante el último año.

"Técnicamente está de pena", afirma Roberto Moro, analista de Apta Negocios. "Los volúmenes de negociación eran ridículos antes de que se produjera el anuncio. De media, se hacían unas 300 operaciones al día. La sesión en que se conoció su problema Pescanova se fue hasta los 10.100 títulos. Ahora se ha venido moviendo en los 4.000 títulos cada jornada, que tampoco es mucho". 


GRÁFICO PESCANOVA


A colación de un artículo escrito por Fernando Luque, director de Morningstar, sobre los “fondos atrapados” en la compañía es curioso comprobar cómo tres semanas después muchos ya han dicho adiós. Es el caso de Metavalor, el segundo fondo de inversión con mayor exposición a Pescanova, que ha reducido su peso dentro del portfolio del 5,9% hasta el 0,5%, según fuentes de la propia gestora. De igual manera, el fondo de inversión gestionado por GVC Gaesco, Bona-Renda se encuentra a fecha del 3 de abril, según sus analistas, con una exposición del 1,57% frente al 3,3% anterior.

Según datos publicados por Invertia y en los que cita a fuentes bancarias, hay 10 bancos españoles que son acreedores de Pescanova, entre ellos Banco Santander y BBVA con préstamos por valor de 80 millones de euros. Especialmente expuestos se encuentran el Banco Sabadell, con 200 millones, y NovaCaixa Galicia, el actual NCG Banco, con 150 millones. Es ahí donde reside la gran crítica que se hace hacia la gestión de Manuel Fernández de Sousa-Faro al frente de la compañía. La complacencia entre la entidad y el presidente de Pescanova llevaron a levantar la mano en la concesión de créditos en los que no se exigían las condiciones de solvencia necesarias como para haberlos llevado a cabo, tal y como apuntan fuentes del mercado. Pero esto es lo referido al crédito. Las participaciones son otra cosa. Contra una creencia casi generalizada, NCG Banco se fue deshaciendo progresivamente de su participación en Pescanova siendo ésta última en el mes de julio del 2011, según fuentes consultadas de la entidad. Esta participación llegó a alcanzar el 24,7% y el fin de la misma se debió a “una rotación de carteras”.

Hay quien apunta (como es el caso del portal GurusBlog) que Pescanova ha sido la primera ficha en caer debido al carácter de banco nacionalizado de NCG. La mayor participación de la entidad gallega es la que tiene en Tecnocom con un 20,05%, seguida de Adolfo Domínguez y Elecnor con un 5,05%, Sacyr Vallehermoso (5,2%), Lumar Natural Seafood (4,9%), GAM (4,3%) y NH Hoteles (2,71%), según datos facilitados por la propia entidad. Fuera de las cotizadas, la mayor participación es para Transmonbus, superior al 33%.

Asimismo, la gestión de Fernández de Sousa ha sido especialmente criticada –no sólo por su ‘discreto’ aumento de sueldo el último ejercicio- sino por un proceso de desinversiones que huele bastante mal. Según datos publicados por la CNMV, en junio de 2012 el presidente de Pescanova declaraba una participación del 22,2% en el capital de la compañía, sobre un total de derechos de voto de 19,4 millones de acciones. Tras la ampliación de capital, este porcentaje se redujo hasta el 15,3%, hasta llegar al 14,22% en el mes de septiembre del año pasado. Eso en cuanto a los datos que se conocen.


Futuro de Pescanova
En la tarde del viernes pasado, la CNMV daba la sorpresa al anunciar que ve "insuficiente" el documento presentado por parte de Pescanova y que, por lo tanto, tiene otros cinco días para rendir cuentas ante el supervisor del mercado. En principio, la compañía cuenta, según estas mismas cuentas presentadas el viernes ante la CNMV, con una deuda que asciende a 2.700 millones de euros, 1.200 millones por encima de los 1.522 auditados en el pasivo por la compañía a cierre del tercer trimestre del año. "Cifras fiables", según declaraba Carlos Ladero, analista de WallWood Spain, antes de conocer la decisión de la Comisión. 

El Consejo de Administración de Pescanova ha anunciado su intención de demandar a la auditora BDO por no haber detectado ese agujero en sus cuentas. "Las auditoras tienen siempre cero responsabilidad", asegura Ladero, con lo que parece que la decisión de la presidencia de la compañía tiene el solo objeto de dilatar una decisión en el tiempo. No obstante, el nombramiento de una auditora externa como es KPMG ya se ha decidido. 

Sobre la mesa está la venta de posibles filiales que el grupo tiene en América Latina -y la que suena con más fuerza es Chile-, e incluso la concesión de un crédito puente inmediato por valor de 60/70 millones de euros por parte de los bancos acreedores para salvar los muebles momentáneamente. 

"Pescanova presentará un plan de viabilidad" en el que reflejará muchos aspectos, como es el caso de "una posible repercusión sobre las ventas, la amortización de la deuda, etc.", afirma Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de ASINVER. De hecho, ese documento puede recoger diferentes caminos a seguir como puede ser "una renegociación de la deuda en diferido o ajustes que puedan necesitar ante una eventual caída de ventas". 

Preguntado Flores ante una posible -y más que probable- ampliación de capital, asegura que es difícil cuantificar de cuánto papel estamos hablando. "No se trata de una recapitalización simplemente para cubrir la deuda, sino que puede necesitarse también para hacer a la compañía viable". Hay que tener en cuenta que hablamos de una empresa con 170 millones de euros de capitalización en el mercado continuo.


Próxima quita
En el futuro, los expertos esperan que se repita un esquema que en este país comenzamos a conocer ya bastante: las quitas sobre bonistas. Ladero afirma que en su mayor parte los bonistas de Pescanova son inversores institucionales que verán diluida su participación, que actualmente asciende a 450 millones de euros en bonos, de manera considerable. Los pasos a seguir son los ya conocidos: se anuncia una ampliación de capital, los bonistas son obligados a canjear sus títulos por acciones con una importante pérdida añadida y a correr. "Tienen argumentos para buscar la responsabilidad de los gestores  y que respondan con su patrimonio presente y futuro por todos esas deudas", comenta Flores. 

En la mañana del viernes, según datos de la agencia Bloomberg, los bonos de Pescanova con vencimiento a 5 años, en el 2017, veían dispararse su rentabilidad del 7% hasta el 47%. Eso sí, los analistas dudan mucho de que los que estuvieran dentro hayan hecho un ‘gran negocio’. Nadie se empacha en casa del enfermo.

GRÁFICO PESCANOVA BONOS VENCIMIENTO 2017 (FUENTE: BLOOMBERG)