El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha reconocido que la situación de endeudamiento público y exterior de España es "preocupante" y ha apelado a la consolidación fiscal en el medio plazo y a la necesidad de mantener la confianza de los mercados internacionales.

Durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, el presidente de la AEB ha recordado que la deuda pública ha pasado con la pandemia de representar el 100% del PIB al 120%.

"Si queremos recuperar el margen de maniobra que teníamos antes de la pandemia por si acaso viene otro problema que no tenemos previsto, tendríamos que ser capaces de volver a situar la deuda público no ya en niveles de antes de la crisis del euro (37%), sino en niveles que nos permitan cómodamente afrontar otra situación que requiera de un esfuerzo público tan importante como el que se ha hecho. Eso exige consolidación fiscal en el medio plazo", ha afirmado.

Roldán también ha advertido de que España es un país con un elevado endeudamiento exterior, que depende de la confianza de los mercados internacionales, algo que cree que "no se ha interiorizado".

"Cuando veo los debates internos que tenemos no puedo entender cómo un país que depende tanto de la caridad de los mercados internacionales puede vivir tan a espaldas de la opinión de estos. Lo importante es mantener la confianza de los mercados porque, si no el problema que tenemos con el endeudamiento exterior es morrocotudo", ha reprochado.

LA REFERENCIA PARA LOS SALARIOS TIENE QUE SER LA PRODUCTIVIDAD

Preguntado por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 1.000 euros, Roldán ha abogado por hacer "lo que sea mejor para la economía" y ha señalado, como economista, que los aumentos salariales deben estar ligados a aumentos de la productividad.

"En ese punto no estamos tampoco en un momento muy oportuno. Tenemos un aumento de los costes salariales y una caída de la productividad, como reflejan los datos del INE. Prudencia, yo diría", ha apuntado.

El presidente de la patronal de banca ha reconocido que existe un problema con la inflación y se ha mostrado convencido de que el Banco Central Europeo (BCE) "hará lo que sea necesario para garantizar que no va a haber un problema con la inflación", ya que este es un elemento "tremendamente pernicioso, silencioso, que afecta negativamente a los más desfavorecidos, que impone distribuciones opacas de la renta y la riqueza y que distorsiona la eficiente asignación de recursos".

"Como trabajadores y empresas tenemos que pensar que, si trasladamos los aumentos a los márgenes y los precios, vamos a acabar mal. No es una buena idea. Garanticemos que este repunte de la inflación es un fenómeno temporal", ha reclamado.

EL ESTADO DEBERÍA HABER APORTADO MÁS PARA EVITAR PÉRDIDAS EN SAREB

El presidente de la patronal de banca también ha hecho una valoración sobre la Sociedad de Reestructuración Ordenada Bancaria (Sareb), después de que el Congreso de los Diputados diese 'luz verde' el pasado jueves al cambio legal que permitirá al Gobierno tomar su control.

Roldán ha explicado que, para que no hubiera habido pérdidas en Sareb y los bancos no hubieran perdido el capital invertido, el precio de transferencia de los activos tendría que haber sido más bajo, aunque ello hubiera significado que el Estado hubiera tenido que aportar más fondos para el rescate de las cajas de ahorro.

"Ojalá hubiera sido así, porque el sector no habríamos perdido dinero, pero hubiera requerido de más fondos del sector público", ha apuntado el presidente de la AEB.

Según ha relatado, la transferencia de los activos se hizo a unos precios que se consideraban de mercado. "Es difícil saber cuál es el precio de mercado en activos ilíquidos y en un momento muy complicado. La evolución a lo largo del tiempo ha demostrado que a lo mejor la transferencia a esos precios no eran los más adecuados, porque ha habido unas pérdidas que no se esperaban cuando se puso en marcha este proceso", ha señalado.

Por otro lado, el presidente de la patronal de banca ha afirmado que las pérdidas de Sareb no son los 35.000 millones de euros de deuda pendiente, pues la sociedad mantiene unos activos "que valen algo", probablemente su valor en libros.

"Desde ese punto de vista, no me parece tampoco que haya que hacer grandes alharacas. Este fue un instrumentos, el mal llamado 'banco malo', que ni es banco ni es necesariamente malo, porque tiene activos que si son valorados a precio de mercado son activos buenos, pero es un instrumento habitual de la gestión de crisis bancarias (...) y me parece que era parte de lo que se tenía que hacer en su momento", ha afirmado.