La empresa energética alemana E.ON cerró el primer trimestre de 2022 con un beneficio neto atribuido de 830 millones de euros, lo que equivale a un incremento del 3,6% en comparación con las ganancias del mismo periodo del año anterior, según se desprende de la cuenta de resultados que ha publicado este miércoles la compañía.

"Las actuales distorsiones de los mercados de energía forzarán a Europa a alejarse aún más rápido de los combustibles fósiles y virar hacia fuentes de energía renovables para acabar con su dependencia del gas ruso", ha subrayado el director financiero de la empresa, Marc Spieker.

La facturación en el conjunto de los tres primeros meses del año fue de 29.507 millones de euros, un 60,3% más. Por segmentos de negocio, la división de soluciones de consumidores creció un 61%, hasta 23.822 millones de euros, al tiempo que la rama de redes de energía se elevó un 6%, hasta 5.043 millones. Los negocios no clave supusieron unos ingresos de 237 millones, un 37% menos.

La compañía ha indicado que las ventas crecieron durante el trimestre debido a los incrementos de precios en los mercados de materias primas, aunque sus márgenes han sido menores.

Asimismo, la empresa registró unos ingresos extraordinarios por atípicos de 29.383 millones de euros, casi diez veces más que en el primer trimestre de 2021. De su lado, el coste de los materiales casi se triplicó, hasta 36.545 millones de euros, al tiempo que los costes de persona se contrajeron un 8,5%, hasta 1.321 millones.

De esta forma, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de E.ON entre enero y marzo cayó un 15%, hasta 2.084 millones. En comparación con diciembre de 2021, la deuda neta prácticamente ha permanecido invariable en 38.857 millones.