Lo advertía John Woods, jefe de inversiones de Credit Suisse este martes: "Vigilen la reunión del BCE no la de Trump y Kim, porque cualquier anuncio de estrechamiento monetario puede comenzar antes de lo esperado y afectar a los mercados”.

Los expertos confiaban, en su mayoría, en que el organismo europeo esperaría a la reunión de julio, o incluso a la de septiembre para anunciar su decisión sobre el programa de compras de 30.000 millones de euros mensuales. Sin embargo, el discurso realizado el 6 de junio por el economista jefe del Banco Central Europeo, Peter Praet, caldeaba el ambiente. "La disminución de las expectativas del mercado sobre una expansión considerable del programa de compras ha venido acompañada de unas expectativas de inflación consistentes con el objetivo", señalaba Praet que también reconoció que el Consejo de Gobierno del BCE "tendría que evaluar si el progreso hasta el momento ha sido suficiente para justificar una retirada gradual de las compras".

"No creemos que las perspectivas de inflación garanticen una retirada del programa de compras, pero siempre hemos pensado que el BCE será capaz de encontrar motivos suficientes", avanzaba Bank of America Merrill Lynch Global Research en su último informe. La entidad espera que se anuncie una pequeña reducción hasta diciembre, tras un breve período de transición, con el primer aumento de la tasa de depósito en septiembre de 2019. "Siempre existía el riesgo de que la QE permitiera el comportamiento 'gorrón”, afirma en el texto apuntando a la política fiscal del nuevo gobierno de Italia como un posible detonante de mayor hostilidad por parte del banco central.

ING Financial Research comparte perspectiva e interpreta que las palabras de Praet apuntan a que el BCE parece estar de acuerdo con un fin gradual del QE este año. "El discurso de Praet proporciona una mayor evidencia de que hay una mayoría creciente en el Consejo de Gobierno del BCE a favor de terminar este el QE", aseguraba el economista jefe de ING Alemania, Carsten Brzeski. "No obstante, no creemos que haya ahora mismo un acuerdo sobre cuándo y cómo se comunicará”. Desde la entidad creen que durante la sesión de este mes se decidirá la comunicación del fin de QE y, sobre todo, si el programa de compras mensuales se terminará gradualmente o de forma abrupta. Todo ello funcionará como "preludio" para un anuncio firme tras la reunión de julio.

Desde JP Morgan no sólo se espera el anuncio de la retirada sino que se le pone cifra: 15.000 millones de euros por mes, finalizando en diciembre. El propio Paul Meggyesi ha afirmado que las palabras de Praet suponen un escenario “ sorprendentemente favorable para la moneda europea y predice que la relación euro dólar subirá a 1,23 para mediados de 2019.

El que no se termina de posicionar es el economista jefe de Deutsche Bank, Mak Well , que aunque cree que el anuncio de la salida del QE "se hará en julio, "no sorprendería a nadie" si ocurriera en la reunión de este jueves, tras las palabras de Praet. "Esperamos que el QE termine en diciembre tras una reducción en el cuarto trimestre y que la primera subida de los tipos de interés ocurra en junio de 2019”.

En esto último también coinciden las previsiones de Allianz Global Investors para quien los indicadores económicos recientes "han confirmado que la desaceleración del crecimiento de la zona euro continuó en el segundo trimestre", según ha explicado su director global de renta fija, Franck Dixmier, quien confía en que el BCE "adopte un tono más cauteloso". Si el anuncio sobre el calendario de la retirada del Q3 es hoy o el mes que viene no es lo más relevante tampoco para para Aberdeen Standard Investments. En la opinión del gestor de inversiones senior Patrick O’Donnell, Mario Draghi “tiene realmente a los mercados donde quiere en lo que a las subidas de tipos se refiere. Para mantenerlos ahí, y evitar el riesgo de que los mercados piensen que podría producirse pronto una subida de tipos, Draghi podría modificar el forward guidance del banco.

La mayoría coincide. La parte más interesante podría ser lo que se diga o no sobre Italia. El nuevo gobierno, coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte, deja serias dudas al cumplimiento del nivel máximo de déficit para este año, que palia gracias al actual nivel de tipos al financiarse de manera más ventajosa.  Así las cosas, la situación de la tercera economía europea es probable que acapare la mayor parte del tiempo en el turno de preguntas y respuestas, pero no se espera escuchar algo innovador. En este punto la mayoría coincide en que hay muy poco que impida que el BCE reduzca las compras de activos a finales de año.

 “Desde el punto de vista de los bonos italianos, el timing no es ideal para la deuda soberana de Italia ni para el nuevo gobierno” opina Mark Holman, gestor de TwentyFour. A pesar de que el balance del BCE mantendrá su tamaño y que los bonos que lleguen a su vencimiento serán reinvertidos, para Holman no hay dudas de que esto tendrá un impacto en la deuda soberana de la eurozona y que no será positivo.

Junto con la Incertidumbre de Italia hay otra razón para pensar que no conocerremos decisiones firmes sobre el cese del QE hasta dentro de un mes.  Desde Bank Degroof Petercam Spain creen que las cosas han cambiado en las últimas semanas tras el empeoramiento de las perspectivas económicas. Según Juan Ramón Casanovas, Head of Private Portfolio Management, aunque los datos macroeconómicos siguen apuntando a un crecimiento relativamente sólido, el BCE podría anunciar este jueves una rebaja en las previsiones de crecimiento para 2018 hasta el 2,1% desde el 2,4% anterior. Por el contrario, el repunte del precio del petróleo podría hacer revisar al alza los datos de inflación hasta el 1,4%.