1- Elaborar un presupuesto. Realizar un presupuesto realista, ajustado a nuestra capacidad económica, puede ahorrarnos numerosos quebraderos de cabeza a la hora de afrontar los costes veraniegos.

2- Si viajas al extranjero, cuidado con las comisiones y la divisa. Si eres de los que prefieres pagar todo con tarjeta, debes tener en cuenta que estas transacciones conllevan costes asociados que deben contemplarse en el presupuesto del viaje.

3- Compara y acertarás. La comparación de precios en agencias, hoteles y establecimientos, siempre prestando especial atención a las condiciones escondidas en la letra pequeña.

4- Nuevas alternativas de viaje y alojamiento. Existen múltiples compañías relacionadas con el ámbito de la economía colaborativa, que ofrecen nuevas formas alternativas de ocio. Si bien pueden ser una oportunidad interesante, revisa siempre las condiciones de forma minuciosa antes de contratar estos servicios. Hay que estar atento a los horarios, condiciones de cancelación, etc.

5- Ojo a los pequeños gastos diarios. El tiempo libre y las visitas a otros lugares siempre incluyen la tentación de las pequeñas compras. Recuerda la primera regla: ningún gasto fuera del presupuesto. Si eres consciente de que caerás en estos gastos, destina una pequeña cantidad diaria a estos caprichos.

6- Aprovecha los descuentos de tu entidad bancaria y empresas favoritas. Las tarjetas de descuentos que promocionan tanto bancos como empresas, con el fin de fidelizar a sus clientes a través de descuentos, pueden ser muy útiles para optimizar nuestros gastos estivales. Buen ejemplo es el carburante, un gasto que se eleva durante estos meses. Pero, en todo caso, es importante leer las condiciones y la letra pequeña de estos productos.  

7- Descansar en casa también es una opción, pero vigile el consumo energético. El periodo estival puede disparar las facturas, sobre todo por el uso de ventiladores y aires acondicionados. Es recomendable revisar las condiciones con nuestra compañía eléctrica para contratar las tarifas que mejor se adecúen a nuestros horarios.

8- Repasa tu planificación y prepara el final del año. Ten en cuenta que el tras el mes de agosto viene la temida “vuelta al cole” y que las facturas habituales continuarán llegando.

9- Ponte en guardia frente a los productos financieros de cara al nuevo curso. A la vuelta de las vacaciones, se multiplican los productos ‘gancho’ cuya finalidad es ayudar ante la falta de tesorería, pero esto puede ser un arma de doble filo. De igual modo, revisa las condiciones de tus productos financieros ya que a veces cambian en septiembre. Ante todas estas situaciones, el asesoramiento profesional será la mejor opción para despejar dudas.

10- Solicita tu cita con un asesor financiero certificado que pueda resolver todas tus dudas sobre los productos financieros más adecuados, préstamos, hipotecas, ahorro para la jubilación…