El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha destacado este martes que un pacto de rentas entre trabajadores y empresarios permitiría "minimizar" la persistencia y los costes del actual shock inflacionista y ha abogado por evitar fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguardia.

Así lo ha manifestado Hernández de Cos en Sevilla durante una conferencia en el marco del 50 aniversario de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad hispalense. Al acto han asistido la vicerrectora de la US, María del Carmen Gallardo; el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido; el decano de la Facultad, Antonio Navarro, y el vicedecano de Calidad, Comunicaciones, y Relaciones Institucionales, David Patiño.

Durante la ponencia, De Cos ha mantenido que "es necesario" un pacto de rentas en el marco del diálogo social para evitar que se desencadene una realimentación de incrementos y costes. Ha subrayado la importancia de que los costes se repartan entre todos los agentes implicados. "La información que disponemos sugiere que este reparto de costes entre empresas y trabajadores se estaría produciendo ya de forma tácita", ha asegurado.

"Una segunda consideración a la hora de determinar las características concretas del pacto de rentas ha de atender al impacto asimétrico de las perturbaciones actuales entre trabajadores, empresas y sectores", ha apostillado el gobernador, incidiendo en que "también sería deseable que se evitaran fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguardia".

Ha subrayado la importancia de que el pacto de renta "contemplara compromisos plurianuales concernientes a los incrementos salariales y a la protección del empleo, ya que "aportaría certidumbres a hogares y empresas a la hora de tomar decisiones de gastos e inversión".

El gobernador ha explicado que antes de la guerra, la economía mundial se encontraba "en una senda de recuperación gradual", tras la fase "más aguda" de la pandemia, aunque su dinamismo "se había visto ralentizado a partir de la segunda mitad de 2021 por los cuellos de botella globales y el aumento de las presiones inflacionistas".

Ha recalcado que la recuperación presentaba "una elevada heterogeneidad" por áreas geográficas y ramas de actividad. Así, mientras que algunas economías ya habían alcanzado, e incluso rebasado, los niveles de actividad previos a la crisis sanitaria, en otras la recuperación todavía era incompleta, como en el caso de España. Ha añadido que la recuperación tiende a estar más retrasada en aquellos países en los que los servicios "muy dependientes" de la interacción personal, como los ligados al turismo, tienen "un peso elevado" en la economía.

De Cos ha detallado que los desarrollos económicos en España, como en las restantes áreas geográficas, han estado condicionados por "las sorpresas alcistas" de la inflación desde la segunda mitad de

2021, impulsadas por la energía y los alimentos. Ha remarcado que la persistencia e intensidad de las presiones inflacionistas "reflejan la confluencia de diversos factores de demanda y oferta", destacando, entre los factores de oferta "el encarecimiento de la energía y las alteraciones en las cadenas globales de suministros".

Ha señalado que, al igual que ocurre a escala global, las repercusiones de la guerra sobre la economía española "son muy inciertas", ya que ha alterado el entorno económico y comportará consecuencias adversas en los próximos trimestres sobre la actividad económica y las presiones inflacionistas a través de diversos canales, destacando como canal más importante el que discurre a través de los mercados de materias primas.

En esta línea, el gobernador del Banco de España ha puesto de relieve que "el encarecimiento de los bienes energéticos tiene efectos importantes sobre el coste de la cesta de consumo de los hogares y sobre el coste de la producción de las empresas, por lo que las autoridades europeas "se han propuesto formalmente reducir la dependencia energética rusa con carácter estructural".

El impacto del aumento de costes energéticos es muy heterogéneo por grupos de agentes. Entre los hogares, afecta más a los de menores niveles de renta. Por ramas productivas, el impacto es mayor en aquellas con más consumo energético, según ha apuntado De Cos.

Como segundo canal, ha remarcado el impacto de la guerra sobre la confianza en los hogares y empresas. Debido a la incertidumbre sobre la duración y desarrollo del conflicto bélico, los agentes tienden a posponer decisiones sobre consumo e inversión.

La invasión de Ucrania repercutirá sobre la economía española a través del canal comercial, cuyo impacto directo se presume moderado, ya que los flujos bilaterales con los países en guerra son relativamente reducidos. En 2019, último año antes de la pandemia, las exportaciones españolas de mercancías a Rusia y a Ucrania representaban un 1,6 % y un 0,3 % del total, respectivamente. Por su parte, el turismo ruso supuso ese año el 2,2 % del gasto total efectuado por turistas extranjeros.

PREVISIONES DEL BANCO DE ESPAÑA Y EVOLUCIÓN DE LA INFLACIÓN

Las últimas previsiones del Banco de España corroboran que la dinámica de recuperación paulatina de la actividad se ha visto alterada por la invasión de Ucrania, que ha provocado una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento del PIB y al alza de la inflación con respecto al anterior ejercicio de previsión, de diciembre de 2021.

En cuanto a las previsiones de la evolución de la inflación, se espera que las presiones alcistas del componente energético alcancen su nivel máximo en el segundo trimestre del año, para desacelerarse posteriormente.

Las presiones inflacionistas se verán amortiguadas parcialmente por las medidas contenidas en el Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania. Además, estas previsiones no incluyen todavía las posibles modificaciones de los precios del mercado eléctrico que se están negociando actualmente en el seno de la Unión Europea.

ACCIÓN CONJUNTA EUROPEA, LA VÍA "MÁS EFICAZ"

La invasión de Ucrania es una perturbación "muy negativa", de carácter exógeno y común al conjunto de la Unión Europea (UE), aunque con efectos asimétricos entre países, sectores y empresas. De Cos ha subrayado en esta línea la importancia de una acción europea contundente que permita a corto plazo paliar los efectos económicos.

A juicio del gobernador, "la acción conjunta europea vuelve a ser la vía más eficaz, idealmente a través de la mutualización de recursos presupuestarios, para facilitar la financiación del aumento resultante del gasto público. Esta respuesta común debería evitar un deterioro persistente de las perspectivas económicas, eliminando, en paralelo, una nueva fuente potencial de fragmentación financiera en Europa".

Además, ha remarcado que la guerra subraya la necesidad de acelerar la integración europea para que la UE sea un actor relevante en la escena global, capaz de decidir sobre su futuro y de defender sus valores. Un elemento clave de esa integración es la creación de una capacidad fiscal común y permanente en el área del euro.

Ha explicado que las políticas económicas nacionales también han de desempeñar un papel "importante" en la coyuntura actual.

Pero "el margen de actuación de la política fiscal está constreñido por las elevados niveles alcanzados de endeudamiento público y déficit público". "Es importante que la política fiscal nacional haga uso de su capacidad para actuar de forma muy granular y focalizada hacia hogares, empresas y sectores más vulnerables", ha añadido.