Uno de los grandes cambios establecidos tras la recesión económica ha sido la obligación a las entidades de contar con un colchón de capital y de deuda para que en caso de futuras crisis bancarias se reduzcan los costes de los contribuyentes.


Para que esto sea posible,
Santander ha cerrado un plan de emisiones a dos años, que según el grupo será suficiente para alcanzar el requisito impuesto, un 19,5% sobre activos ponderados por riesgo. El colchón será de 120.000 millones de euros y servirá para hacer frente a aquellos problemas eventuales que puedan ocurrir.

La entidad pretende emitir este año entre 24.000 millones y 32.000 millones de euros, dejando pendiente un total de 19.000 millones y 25.000 millones de euros para el próximo año 2018. Esto supondrá un gran acelerón para el banco con respecto  a la colocación del año 2016, que fue de 20.500 millones. El plan de emisión contempla “colocaciones de híbridos, fundamentalmente bonos convertibles y deuda subordinada, por hasta 9.000 millones en dos años y el resto serán tradicionales bonos sénior, junto a la nueva modalidad de títulos sénior non preferred, cuya legislación aún está por definir por Europa”, afirma el diario Expansión.

En lo que lleva de año, Santander ha emitido ya 1.000 millones en deuda subordinada, a 10 años y al 3,1% y Consumer Finance, la unidad de consumo, otros 1.250 millones de euros, a 5 años y al 0,953%.

El plan todavía depende de los cambios en la regulación, pero el Santander prefiere analizar la situación e ir avanzando en el plan antes de la norma definitiva.