Francisco Reynés lleva poco más de un mes ejerciendo el cargo de presidente ejecutivo de Gas Natural Fenosa, asumiendo de esta forma al mismo tiempo las funciones que hasta ahora ejercía Isidro Fainé como presidente y Rafael Villaseca como consejero delegado.
Es el primer paso de la nueva política impulsada por Isidro Fainé, y que consiste en apartarse de la gestión directa de las empresas participadas para centrarse en la gestión global de su cartera de inversiones.
El nombramiento de Francisco Reyés, aunque previsible, fue un tanto estresante, ya que se produjo sólo un día antes de la presentación de los resultados anuales de Abertis, donde hasta ahora era consejero delegado, y también de los de Gas Natural. Pero Reynés tuvo tiempo para todo: acudió primero a Abertis y después compareció en Gas Natural, donde avanzó que imprimirá su “sello personal” al próximo plan estratégico de Gas Natural, asegurando el crecimiento, la rentabilidad, la mejora del dividendo, y la subida de la cotización.
El directivo de la regla de tres
Francisco Reynés es conocido como el hombre de la regla de tres, porque casi siempre comunica sus mensajes en base a tres argumentos. Reynés tiene por norma la concisión y “tiene visión, perspectiva, sentido de anticipación y prestigio en los mercados financieros. También es un directivo que sabe asumir adecuadamente riesgos, es un buen comunicador e íntegro en su vida profesional y personal”, en palabras de Isidro Fainé, máximo responsable del Grupo La Caixa a través de la Fundació Bancaria La Caixa y del holding Criteria, al cederle la presidencia de Gas Natural.
El nuevo presidente ejecutivo de Gas Natural es conocido en la multinacional gasista. En el año 2007, Francisco Reynés ocupó durante cinco meses la dirección general de recursos de Gas Natural, antes de incorporarse al grupo La Caixa, en concreto para dirigir el holding de participadas Criteria que entonces estaba preparando su salida a bolsa.
En el año 2009, Francisco Reynés dio otro gran salto con su incorporación a Abertis, de la que pronto se convirtió en primer ejecutivo con Salvador Alemany como presidente. Su principal mérito ha sido cumplir con el plan estratégico que avanzó en Londres en 2014. Así, ha llevado a cabo un ambicioso programa de eficiencia, que ha incluido un recorte de costes y una reconcentración del negocio hacia su actividad más rentable: la gestión de concesiones de autopistas. Se ha segregado el negocio de aparcamientos de Saba, los parques logísticos y los aeropuertos, y se ha colocado en bolsa la filial de telecomunicaciones Cellnex.
Con anterioridad, Reynés ya había dirigido otra venta compleja: la de la empresa familiar Uniland, que acabó en manos de la constructora FCC.
Francisco Reynés, ingeniero de formación, es un profesional polivalente, pues también ha trabajado en los sectores textil (Dogi) y de automoción (grupo Volkswagen y Johnson Controls). Su perfil de directivo es de multinacional.
