Especialistas en aparato digestivo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón advierten de la resistencia a los antibióticos del Helicobacter Pylori, una bacteria que infecta el estómago por vía oral y coloniza la pared gástrica. La OMS clasificó el Helicobacter Pylori como un patógeno con altas tasas de resistencia a algunos antibióticos que se usan de forma cotidiana para otras infecciones, lo que provoca actualmente que los médicos tengan que escoger bien los tratamientos para cada paciente.
Esta bacteria porta proteínas que le ayudan a adherirse al epitelio gástrico bajo el moco y una enzima, la ureasa, que le permite vivir por muchos años en un medio ácido como el estómago. Otra de sus particularidades es que permanece en el estómago de manera silente, es decir, que en la mayoría de los casos la persona infectada no sabe que lo está al no presentar ningún tipo de síntoma. Esto provoca que su capacidad de transmisión persona a persona sea mayor, hasta el punto de que provoca la infección bacteriana crónica más prevalente que existe. Se estima que entre un 35-40% de la población española está infectada por Helicobacter Pylori, un porcentaje que aumenta hasta el 70-80% en países en vías de desarrollo y estimándose un 50% en todo el mundo según los expertos.
Las técnicas para diagnosticar la infección por esta bacteria se denominan invasivas, si necesitan de endoscopia oral, o no invasivas, a través de una prueba de heces o un test de aliento, usado también para medir la eficacia de los tratamientos. El doctor Blas José Gómez Rodríguez, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, apunta que una vez detectado el Helicobacter Pylori es necesario eliminarlo si la persona presenta enfermedades asociadas como la dispepsia (digestiones pesadas) o úlceras gastroduodenales, que se curan el 90% en el caso de las duodenales y el 65% en el caso de las gástricas tras eliminar las bacterias. Conseguir su eliminación es importante también porque se asocia a la aparición de otras patologías como las gastritis crónica superficial o atrófica (cambio del revestimiento de la mucosa interior del estómago), e incluso al cáncer gástrico.
El doctor Gómez Rodríguez señala que para su tratamiento, al igual que cualquier otra bacteria, es imprescindible el uso de antibióticos. El denominado tratamiento erradicador, que elimina la bacteria del estómago, comprende unos regímenes terapéuticos donde se usan antisecretores de ácido (para eliminar su hábitat preferido) como el omeprazol o similares a éste a dosis altas, junto con tres antibióticos (terapias actuales cuádruples). Estos regímenes son prolongados para conseguir ser eficaz en la erradicación entre 10 a 14 días. “No siempre es efectivo por lo que debemos comprobar al mes que ha desparecido realizando algún test y su relación con las bacterias resistentes a antibióticos”, concreta el doctor Gómez, a lo que añade que “erradicar “a la primera” en la mayoría de los estudios, es la mejor arma para evitar que crezcan las resistencias a los antibióticos y se asocia con cumplir el tratamiento completo de forma directa”.