MADRID, 06 MAY. (Bolsamania.com/BMS) .- España y otros 10 estados miembros de la Unión Europea (UE), a saber: Austria, Bélgica, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Portugal, Eslovaquia, han anunciado hoy martes un acuerdo político “de mínimos” sobre la hoja de ruta para la puesta en marcha de la tasa a las transacciones financieras conocida como “Tasa Tobin”. Este impuesto se implantará en dos fases (empezando por acciones y algunos derivados) para evaluar su impacto económico. Su puesta en marcha se retrasaría al 1 de enero de 2016 (en principio se esperaba para 2015). Por otra parte, si alguno de los países quiere gravar productos no incluidos en este acuerdo para mantener tasas nacionales existentes, estarán autorizados a hacerlo.

Opinan los expertos de Renta 4 que la noticia es “negativa” para BME, pero su impacto “en volúmenes negociados es difícil de concretar a priori, y habrá que esperar al desarrollo del impuesto para intentar cuantificar su efecto (en nuestro modelo asumíamos un impacto negativo de -10% en volúmenes negociados en 2015)”.

En este sentido, explican que los detalles importantes a concretar son los siguientes: “Si primará el principio de emisión (se gravan operaciones sobre títulos emitidos en los países participantes, más probable) o residencia (se gravan operaciones realizadas por personas físicas o jurídicas que residen en los países participantes) a la hora de establecer quién deberá pagar el impuesto; cuál será el tipo impositivo (hasta ahora se barajaba un tipo del 0,1% sobre acciones y del 0,01% sobre derivados) y las estimaciones de recaudación (según prensa, España prevé unos ingresos de 600 millones de euros por este concepto y otras tasas no concretadas), que podrían quedar muy lejos de lo que se habló en su día (35.000 millones de euros anuales en Europa y 5.000 millones en España), lo que no es de extrañar a la vista de lo que estamos viendo en países como Francia e Italia donde ya se está aplicando, y teniendo en cuenta que los importes inicialmente estimados asumían la aplicación sobre todos los instrumentos sin excepciones. Asimismo, se deberán estudiar los posibles efectos colaterales negativos del impuesto (incremento del coste de financiación de los Estados, empresas y familias)”.

Así las cosas, Renta 4 concluye: “El ruido generado por la tasa a las transacciones financieras podría pesar en el corto plazo en la cotización de BME, sobre todo teniendo en cuenta el rally desde el pasado mes de julio (+75%). Para los perfiles más cortoplacistas tomaríamos beneficios. Sin embargo, de cara al medio plazo consideramos que tanto la recuperación de volúmenes negociados como la elevada y sostenible rentabilidad por dividendo (mayor que 5% en metálico) seguirán sirviendo de apoyo al valor”. Por tanto, su recomendación para el valor es mantener.

S.C.