En la sesión en la que ha sido ponente, dedicada al futuro y los retos de Europa, también han intervenido líderes políticos y empresariales de todo el mundo.
Ángel Ron ha centrado su intervención en la importancia de la banca al por menor en la sociedad y en las condiciones que necesita para realizar su labor. “Pese a que la banca al por menor no ha estado en el origen de las crisis, hay un reconocimiento generalizado de la necesidad de restaurar su imagen y reputación”, ha apuntado el presidente de Popular. Dado que la banca retail y comercial está muy próxima a sus clientes, la forma de llevar a cabo este cambio de visión es cumpliendo con su misión como proveedores de financiación a la economía real para apoyar el crecimiento económico y contribuir, de esta forma, a la estabilidad social.
Para eso, ha continuado Ángel Ron, “desde la perspectiva de los bancos al por menor que han superado la crisis por sus propios medios, es crucial que la normativa no aniquile a los supervivientes, al favorecer indirectamente la creación de entidades too big to fail”.
“La banca al por menor necesita una nueva iniciativa política que ponga las bases para que la actividad de financiación a la economía real pueda desarrollarse de forma sostenible”, ha apuntado Ángel Ron, quien ha afirmado que “los bancos van a jugar un papel vital en el crecimiento económico y serán fundamentales para el éxito de la política económica europea”.
Ángel Ron se ha referido a los aspectos del entorno político y económico que están dañando la rentabilidad del sector:
- El débil crecimiento en la Unión Europea.
- Las inciertas perspectivas políticas.
- La política monetaria, que está dañando la rentabilidad del sector financiero.
- La regulación, que está perjudicando el crecimiento económico al obligar a los bancos a destinar gran cantidad de recursos para cumplir con las exigencias normativas.
En este sentido, el presidente de Popular ha apuntado que es necesario, además de completar la unión bancaria e implantar una política económica y fiscal común, establecer una regulación que favorezca la financiación a las pequeñas y medianas empresas, principales responsables de la creación de empleo en la Unión Europea.
En este contexto, el modelo de negocio del banco se ha demostrado como el más adecuado para sortear una crisis tan larga e intensa como la que hemos vivido. Se ha producido una drástica reestructuración del sistema financiero español y Popular ha tenido un papel muy activo, en la medida en que ha superado la crisis por sus propios medios, es decir, sin ayudas públicas. Además de integrar Pastor, el negocio de Citi en España y Barclaycard Iberia, la entidad es accionista de la Sareb y ha contribuido, por medio de su participación en el Fondo de Garantía de Depósitos, al saneamiento de otras entidades, con una estimación de su aportación a fecha de hoy de 1.910 millones de euros.
El objetivo principal “ha sido el de contribuir a la estabilidad del sistema financiero para restablecer lo antes posible el cauce de la financiación a la economía real. De ahí nuestro tradicional apoyo a las pequeñas y medianas empresas”. Popular lidera el segmento de pequeñas y medianas empresas en España, con aproximadamente un 17% de cuota, lo cual se ha visto penalizado por las exigencias regulatorias, que han obligado a retener más capital cuando el destino de la financiación ha sido una pyme, lo que ha repercutido, al mismo tiempo, en un encarecimiento del crédito. En este sentido, el presidente del banco ha afirmado que es necesario “encontrar un equilibrio entre la exigencia de un capital cada vez más alto para los bancos y la capacidad de éstos
para generar beneficios que atraigan a los inversores y que permitan a las entidades financieras centrarse en su actividad”.