MADRID, 02 ENE. (Bolsamania.com/BMS) .- Qué menos que permitir a las bolsas tomarse un descanso. Después de cerrar el miércoles un 2013 espectacular, los inversores han optado por las ventas en la primera sesión del año nuevo. Las plazas europeas han inaugurado 2014 con caídas del 1,5% de media. El Ibex 35 no sólo no ha conseguido consolidar los 9.900 puntos, sino que ha perdido también los 9.800 puntos. Ha cerrado con un descenso del 1,58%, y mañana arrancará desde los 9.760,30 puntos la segunda sesión de 2014.
Un 2014 para el que todo han sido buenos presagios antes de su llegada. Sin necesidad de elaborar un consenso exhaustivo, las opiniones generalizadas de los expertos es que este nuevo año será positivo para las bolsas, aunque todos coinciden en que obtener rentabilidades tan elevadas como las que deja 2013 será complicado. La idea más extendida es que los índices bursátiles seguirán revalorizándose al calor de la mejora macro de la economía global, y que las plazas más beneficiadas serán las europeas, que se han quedado algo más atrás que Wall Street.
Sin embargo, y no porque las caídas de hoy deban alarmar, sino porque la prudencia no debe darse de lado después de seis años de turbulencias y cisnes negros sobrevolando, no está de más recordar que aún hay riesgos en el horizonte. Los enumeran en Self Bank, donde sitúan como el primero de los diez que han identificado la reiterada de estímulos de la Reserva Federal (Fed). El conocido como tapering se anunció el mes pasado y la primera reacción de las bolsas no fue precisamente negativa, pero “el proceso no ha hecho más que empezar (…) es importante que sea paulatino y conciliador con el mercado”, apuntan en Self Bank. Es decir, la ralentización en la compra de activos por parte de la autoridad monetaria de Estados Unidos no tiene por qué ser “un viaje sin retorno”, sino que se debe adaptar a las circunstancias del mercado.
En segundo término, desde la firma mencionan la deflación: “Se ha pasado de temer a la inflación a mirar cara a cara a un nuevo enemigo llamado deflación”. En Self Bank advierten de que las presiones inflacionistas ni siquiera asoman y el ejemplo de un Japón que lleva años sufriendo este mal, “no sería en absoluto deseable que a la deflación japonesa se uniera la de otras regiones”. No en vano, Japón es el tercer riesgo para Self Bank porque, a pesar de las multimillonarias políticas de estímulo de Shinzo Abe, las “Abenomics”, se han revisado a la baja las previsiones de PIB y de inversión empresarial. Además, se desconoce el impacto que podría generar el incremento anunciado para los impuestos al consumo a partir de este mismo año.
El cuarto de los riesgos viaja a la Zona Euro, donde Self Bank se pregunta si habrá más rescates, y vaticina que en este 2014 se seguirá hablando de Grecia y Chipre. Antes de seguir rastreando los peligros del euro, la firma menciona la vulnerabilidad de economías emergentes por la debilidad de sus divisas, la caída en la demanda de materias primas propiciada por un menor crecimiento en China, y el riesgo de contagio por un posible repunte de los tipos de interés en Estados Unidos. Entre los países mencionados, México, Brasil, Argentina o China.
De regreso a Europa, a Self Bank le preocupa que siga sin fluir el crédito, y que aún no se hayan materializado medidas para estimularlo como una inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), esto es, una nueva LTRO condicionada a dar préstamos a empresas y familias, o la reducción de los tipos de interés sobre depósitos a tasas negativas, para desincentivar que los bancos aparquen su capital en las arcas de la autoridad monetaria europea.
La unión bancaria europea es otro riesgo, en la medida en que aún deben darse dos pasos: la creación de un Fondo Único de Garantía de Depósitos y un Fondo Común de Resolución Bancaria, dos aspectos motivo de confrontación entre los miembros de la Unión Europea (UE). Sin abandonar Frankfurt, los tests de estrés a los que se someterá la banca del Viejo Continente también entrañan peligros, porque Self Bank advierte de que podrían revelar necesidades de capital en algunas entidades.
Penúltimo riesgo, el techo de deuda en Estados Unidos: a pesar del acuerdo sobre el presupuesto para 2014-2015, queda pendiente que antes del 7 de enero se cierre un pacto para elevar el techo de deuda. “Lo más probable es que el Congreso llegue a un acuerdo, que permita elevar el techo de deuda y financiar al Gobierno federal el resto del año fiscal, evitando un poco probable impago de su deuda”. Y el último temor es fruto del buen 2013: el mal de altura. En Self Bank no son ajenos a la cautela que se impondrá ante la sobrevaloración de algunos índices.
Concluyen estos expertos que, a pesar de esos 10 riesgos, hay argumentos a favor del mercado: “Algunos riesgos estructurales han disminuido; la bolsa se encuentra atractiva por valoración si la comparamos con otros activos; se espera que en 2014 comience la recuperación de los beneficios empresariales; y hay mucha liquidez en el mercado que podría encontrar su destino en la renta variable”.
María Gómez