Los mercados tendrán que esperar un mes más para saber cómo el BCE va a poner en marcha el llamado tapering, que no es otra cosa que el programa de reducción de compras, el QE. Hasta diciembre, al menos, la autoridad monetaria inviertirá cada mes 60.000 millones de euros en la adquisición de bonos soberanos y títulos de compañías. Un programa que habrá generado una inversión de 2,3 billones de euros a finales de este ejercicio en un intento por incentivar la recuperación de la eurozona.

 

Balance de la FED

 

Sin embargo, que Mario Draghi no iba a dar detalles sobre el QE era algo que estaba en la mente de prácticamente todos los inversores. Y no era lo que buscaban, lo que querían era saber cuál era la opinión del banco central sobre la fortaleza del euro, que sube más de un 13% frente al dólar en lo que va de año y que está pasando factura tanto a la evolución de los mercados, como a la inflación. Y esa, la evolución de los precios, es una de las cuestiones que más preocupan al banco central. Y eso se ha dejado ver, con mucha claridad, tanto en el comunicado , como en la posterior rueda de prensa.

Así, el BCE mantenido o sin cambios los tipos de interés y la tasa de depósito en el 0,40%.  Es más, tal y como viene siendo habitual, la autoridad monetaria afirma que los tipos se mantendrán en estos niveles durante un extenso periodo de tiempo, hasta bien pasado el horizonte del programa de compra de activos.

“El consejo de Gobierno confirma de que las compras de activos seguirán al ritmo de 60.000 millones de dólares al mes hasta finales de 2017 o más allá si es necesario”, afirma la autoridad monetaria en su comunicado.  Es más, aparece el término inflación como condicionante ya que aseguran que ese programa será vigente “en cualquier caso hasta que el consejo vea un ajuste sostenido en el ritmo de inflación consistente con el objetivo –en el 2%-

Es más, el BCE, además es claro. Afirma que si el contexto sigue siendo desfavorable y no se produce ese ajuste en la inflación, el BCE está dispuesto a incrementar el programa de compra de activos en términos de cantidad y o duración.

 

Inflación

 

Para Mario Draghi la situación es evidente: la fortaleza del euro supone una incertidumbre, por su efecto sobre el crecimiento y los precios. Pero parece que eso no va a poner en jaque a su decisión de seguir adelante con el tapering. Y por eso el EURUSD se ha colocado por encima de 1,20 durante la comparecencia ante los medios.

Euro

En opinión de Patrick O’Donnell, gestor de inversiones en Aberdeen Standard Investments,  ”Draghi probablemente ha hecho suficiente para frenan la apreciación del euro, pero no el recorrido del viaje, que está en marcha. No hay duda de que el BCE está preocupado por la apreciación del euro,  pero hay poco que realmente pueda hacer al respecto. Esta es la razón por la que el euro ha subido basándose en lo que ha dicho Draghi: los mercados saben que no puede decir nada más.

Nuevas previsiones

Por el momento, el BCE considera que la evolución de la economía sigue siendo robusta y por eso han mejorado sus previsiones de crecimiento económico para 2017, 2018 y 2019 hata el 2,2%. 1,8% y 1,7%, por encima de lo que esperaban en junio.

Todo lo contrario ha ocurrido con la inflación. Los miembros del consejo de gobierno del BCE han reducido sus estimaciones por la fortaleza del euro. Para este año esperan que se mantenga en el 1,5%, baje a 1,2% el año que viene y termine 2019 en 1,5% de nuevo.

Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, que la subida del euro podría causar estragos en las previsiones de beneficios de algunas empresas europeas.

En opinión de este experto, el euro sube por dos razones. Una propiamente intrínseca, la mejora de la situación económica de la eurozona. “Está claro que la retirada de estímulos es el camino a seguir, pero como Mario Draghi subrayó ya en Sintra, la cautela debe primar, por lo que dicha retirada será muy gradual”, explica Nouen.

Por otro lado, también lo está impulsando la propia debilidad del dólar, “que había descontado la esperanza de un importante estímulo presupuestario por parte de la administración Trump, cuya probabilidad ha disminuido durante el verano”, afirma el experto de la gestora.

Sin embargo, Mario Draghi y la institución monetaria, no lo tienen tan fácil. Como apunta Andrea Iannelli, Director de inversiones del área de renta fija de Fidelity, “El BCE tiene muy poco margen de maniobra”. En su opinión, “la postura de cautela por parte del Consejo de Gobierno está justificada si desean evitar que se dispare el tipo de cambio. Las posibles reducciones de las compras únicamente serán efectivas a partir de enero de 2018 y el programa se ampliará al menos otros seis meses”

Es más, el experto de Aberdeen Standard Investment considera que “Las divisas son un juego relativo y el euro necesita ayuda del dólar o de la libra. Desafortunadamente para Draghi, con el dólar y la libra poco apreciados, el euro seguirá subiendo. El plan del BCE todavía es anunciar los planes de tapering de la flexibilización cuantitativa en octubre, como ampliamente espera el mercado.