Vivo está dando razones más que suficientes para demostrar que 7.500 millones no era un precio caro. La rentabilidad de la filial basileña a la española Telefónica no se ha hecho esperar más y con sonora alegría los dirigentes de Telefónica ven como gracias al 60% que poseen de la empresa, los dividendos ascienden a 600 millones de euros.