Entre octubre y diciembre de 2008 las pérdidas operativas de la compañía alcanzaron los 360.600 millones de yenes (3.966 millones de dólares), una diferencia de 962.100 millones de yenes (10.581 millones de dólares) con respecto a la cifra registrada en el mismo periodo del año fiscal 2007.

Sus previsiones para el año fiscal 2008 contrastan con los resultados de 2007, cuando el fabricante nipón registró un beneficio neto récord de 1,72 billones de yenes (18.913 millones de dólares) y un beneficio operativo de 2,27 billones de yenes (24.961 millones de dólares).


En el último trimestre del año, las ventas globales consolidadas de Toyota alcanzaron los 1,84 millones de vehículos, 443.000 unidades menos que en el mismo periodo del año anterior.

La caída de la demanda de vehículos fue especialmente significativa en EEUU, donde se vendieron 521.000 unidades, 235.000 menos que en el último trimestre de 2007.

Las ventas del gigante japonés descendieron además en todas las regiones, incluso en los mercados emergentes.

En América Latina, Oceanía, África y Oriente Medio Toyota vendió entre octubre y diciembre de 2008 395.000 unidades, 40.000 menos que en el mismo período de 2007.