Subrayó que "una de las principales preocupaciones es que los supervisores puedan dar una segunda visión sobre el contenido de calificaciones individuales", según un comunicado emitido por S&P. Frente a eso, insistió en que "debemos asegurar que cualquier esquema propuesto, a pesar de las mejores intenciones, no suponga peligro alguno como un aumento de costes, la pérdida de eficacia o trastornos en los mercados de capitales europeos"."Ya hay un destacado consenso entre los reguladores y el mercado que defiende que cualquier nueva regulación debería estar en línea con los estándares propuestos por IOSCO (Organización Internacional de Comisiones de Valores para las agencias de calificación", añadió. El máximo responsable de la agencia estadounidense instó a los responsables europeos a que su iniciativa de supervisión se base en "principios y estándares aceptados internacionalmente" de forma que puedan ser una herramienta comparable en todo el mundo.El
Ejecutivo comunitario lanzó en agosto del pasado año una investigación sobre las agencias de calificación de riesgos, como Standard & Poor's y Moody's, ante las dudas surgidas sobre su fiabilidad tras la crisis hipotecaria en Estados Unidos. El pasado mes de julio, el Consejo de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofín) llegó a un principio de acuerdo para someter a esas entidades a un registro europeo con el fin de reforzar la buena gestión y la transparencia del mercado financiero.La principal actividad de las agencias de calificación crediticia consiste en emitir dictámenes periódicos sobre la solvencia -capacidad de cumplimiento de las obligaciones financieras- de un emisor o de un instrumento financiero. Las agencias no alertaron a tiempo a los inversores del elevado riesgo de las hipotecas de alto riesgo ("subprime") en EEUU.