Esta decisión se ha tomado en medio de una demanda en declive de televisores en Japón y el desabastecimiento de un gas usado en la producción. Sharp
, cuyas ventas de televisores están centradas en el mercado japonés, dijo que la drástica caída del consumo tras el desastre del 11 de marzo será particularmente dolorosa en un año en el que ya se esperaba una caída en el sector. Las acciones de Sharp perdieron un 1,3 por ciento, frente a la caída de un 0,5 por ciento en el índice Nikkei.