Repsol aviva sus caídas al calor del recorte, cada vez más profundo, que experimenta el petróleo en los mercados internacionales. Esa caída, que cada vez aleja más al crudo del nivel de los 90 dólares se debe sobre todo al miedo feroz que experimenta el mercado al comprobar que las campanas de recesión que vienen repicando desde hace tiempo se construyen con las subidas de tipos de intensidad que no dejan de suceder y por los indicadores adelantados que, como los de la zona euro, auguran un crecimiento negativo más pronto que tarde y que adelantan los mercados de valores.
Ante ese marcado signo, todo lo bueno que alimentaba a las acciones de Repsol con la subida del precio del petróleo y, sobre todo, el mantenimiento de niveles elevados por encima de los 90-100 dólares de media durante buena parte del año, ya se está diluyendo, al intuir y constatar el mercado, la caída de actividad en Asia y descontar la europea y americana.
En ese ambiente, el valor sigue perdiendo posiciones, con recortes que le llevaron el pasado viernes a marcar mínimos no vistos en el recorrido del valor desde el pasado mes de marzo, con los primeros compases de la guerra y antes de que el crudo alcanzara los 140 dólares por barril. En su gráfica de cotización vemos marca pérdidas del 16,6% en las últimas 20 sesiones lo que hace que el valor pierda poco a poco buena parte de lo ganado en el ejercicio y alejándose de los máximos en 15,84 euros por acción. En este 2022 ahora sus avances supera ligeramente el 15%.
Y todo ello a pesar de las buenas noticias de consolidar a buen precio las desinversiones que constan en su Plan Estratégico, como la venta del 25% de su negocio de upstream al fondo EIG, que después se cotizó al alza, tras un primer momento bajista.
Tampoco ayuda el efecto del impuesto del Gobierno, que la compañía, según The Objetive, ya ha reclamado en Bruselas, alegando sus pérdidas millonarias en 2019 y 2020, con más de 7.000 millones de euros, luego levemente mejoradas con los beneficios de 2021, que rozaron los 2.500 millones de euros. Señalan que Sabadell contabiliza el pago del impuesto por parte de Repsol en unos 1.082 millones a pagar el año que viene, de los dos en los que, en principio, el nuevo impuesto estará en vigor.
De momento, las recomendaciones acompañan a Repsol con los 18,9 euros por acción de Renta4 que reitera tras la operación de venta de upstream, con consejo de sobreponderar, los 18,5 euros que marca con la misma apuesta Exane BNP Paribas o los 17 euros de Barclays. Quien menos recorrido le otorga, de las recomendaciones más recientes, es Mediobanca con un PO de 15,80 euros, que supondría una mejora potencial para el valor del 38%.
A estos se suman los 17,50 de Oddo Securities, los 18 euros por acción potenciales de Mirabaud, o la compra decidida por la que apuesta JB Capital con precio objetivo más elevado, de 19 euros por título de Repsol.
“Mantiene vivo el proceso de ajuste iniciado desde los 15,843€, lo que establece un próximo objetivo bajista en el área de anterior resistencia, ahora soporte, de los 11,189 / 10,72€ por acción. Por su parte, las lecturas de sobrecompra se están purgando con éxito sin dañar la incuestionable estructura creciente de fondo”, destaca el analista de Estrategias de Inversión, José Antonio González.
Y añade que “Al corto plazo, el rebote alcista se frena a la altura del 50% de Fibonacci del último impulso bajista, por lo que una perforación de los 12,62 / 12,455€ habilita una actualización de siguientes objetivos bajistas hasta la zona de los 11,625 / 11,54€ por acción. Tras haberlo perforado, no es una buena señal, con sucesión de una estructura de máximos y mínimos decrecientes, con lo que la media móvil de 30 semanas se va aplanando y deja una clara pérdida de momento positivo”.
Repsol en gráfico semanal (Izq.) y diario (Dcha.) con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación