El punto positivo de la cumbre y que más inmediatamente afecta a España son las condiciones asociadas con el plan de ayuda financiera para el sector bancario, que se han relajado, ya que el capital podrá ser inyectado directamente en las entidades con dificultades (en lugar de pasar previamente por el estado y la carga de deuda pública que ello significaba) y los préstamos concedidos a través de este mecanismo no tienen condición preferente frente a otros acreedores.

Dicho lo cual, la posibilidad de que la ayuda sea directa a los bancos está condicionada a la creación de un mecanismo de supervisión bancaria unificada en el que participe el BCE, algo que no sucederá antes de finales de 2012. Y en cuanto al hecho de que dicha ayuda no tendrá prioridad de cobro frente a otros acreedores, está relacionado con el hecho de que los fondos serán inyectados por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) pero con las condiciones de la EFSF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera), actuando este segundo fondo en primer término dado que el ESM todavía no existe. Ambas situaciones representan tiempo y un retraso significativo en la recapitalización de la banca.

Es difícil saber si estas disposiciones serán específicas para España o si podrán extenderse a otros Estados miembros. Hay que subrayar también que el ESM todavía no existe y que se creará, como muy pronto y siempre y cuando no haya obstáculos legales por parte de alguno de los socios, dentro de unas semanas. También conviene tener en mente que la capacidad de intervención conjunta de la EFSF-ESM no puede superar los 700.000 millones de euros, de los cuales alrededor 200.000 millones ya están siendo utilizados en los paquetes actuales en Grecia, Irlanda y Portugal, lo que nos deja disponibles un total máximo de 500.000 millones de euros. Cualquier incremento en esta capacidad de préstamo está fuera de toda posibilidad en la actualidad.

...Y AL ESTADO???

Esta última cifra es la que debemos tener en cuenta como capacidad máxima cuando se prepara el terreno para plantear el uso de los fondos actuales (EFSF) y futuros (ESM) para financiar la compra de bonos soberanos en el mercado primario o secundario. Puede parecer una novedad, pero la realidad es que esta posibilidad ya existía desde la cumbre del pasado mes de julio. Sin duda el resorte que active dicha compra de bonos, que puede entenderse como una ampliación del rescate español ahora extendido además de a la banca a la deuda soberana, lleva aparejadas condiciones de intervención en la política de reformas del gobierno que actualmente desconocemos.

CRECIMIENTO: UNA CONCESIÓN A FRANCIA

En cuanto al acuerdo sobre el pacto de crecimiento simplemente implica la recapitalización del Banco Europeo de Inversiones con 10.000 millones de euros, lo que aumentaría su capacidad de intervención de 60.000 millones, así como un uso más agresivo de los actuales fondos estructurales, con alrededor de otros 60.000 millones de euros. De ahí el total ofertado de 130.000 millones de euros, titular suficiente para que Hollande pueda regresar a casa con un aparente logro. Le hará falta para defender su imagen pública porque la publicación de los datos de PIB correspondientes al trimestre que está a punto de finalizar muy probablemente arrojen crecimiento negativo en una Francia que ha perdido su relación especial con Alemania sin ganar ninguna influencia sobre el sur de Europa al que cada vez se asemeja más.

NOMBRAMIENTOS: ESPAÑA PIERDE UN ASIENTO EN EL BCE

Han pasado desapercibidos entre tanto baile de cifras y noches en vela los acuerdos sobre nombramientos, no menos significativos: Jean-Claude Juncker conservar su posición como presidente del Eurogrupo, el alemán Klaus Regling sigue al frente del EFSF y responsable por lo tanto de la primera fase del acuerdo diseñado para facilitar la ayuda directa a la banca española, y, muy simbólico de lo que anoche sucedió realmente, el puesto vacante en el Consejo del BCE, que hasta ahora había sido ocupado por un español, pasa a Luxemburgo, en la persona de Yves Mersch, defensor de la causa germana...

BALANCE POLÍTICO: DESUNIÓN

Centrados por lo tanto en los problemas más urgentes, parece que las conversaciones acerca de los avances institucionales hacia la unión política y fiscal se han pospuesto a una futura cumbre que debería celebrarse el próximo mes de octubre, por lo que a nivel institucional y político solamente diremos que hay que lamentar que hoy estamos un paso más atrás que antes del inicio de la cumbre en el camino hacia la integración europea.

Tras un debate mucho más tenso de lo previsto en el que la insistencia por parte de los propios líderes políticos en hablar en términos de enfrentamiento entre "el norte de Europa" y "el Sur de Europa" no han resultado precisamente constructivos durante la cumbre de la U.E., finalmente transformada por cierto en una cumbre de la U.E.M., y se dibuja una línea de cada vez más visible entre el grupo de países acreedores (Alemania, apoyada por los Países Bajos y Finlandia) y el grupo de países deudores (España e Italia, con el apoyo de Irlanda).

Estados Unidos necesitó una guerra civil entre el norte y el sur para alcanzar la unión que hoy cuenta con la FED y que permite que estados como Florida o California, con problemas de deuda más graves que los europeos, no vean cuestionada su sostenibilidad. Desde este punto de vista Europa, que vive su período de paz más largo desde una perspectiva histórica y que ahora trata de avanzar en una unión nacida tras la II Guerra Mundial, joven por lo tanto, nos anima a ver los problemas con cierta distancia y nos permite asegurar que el presente parece oscuro pero el futuro es prometedor y que, de algún modo y a pesar de las turbulencias que todavía están por venir, el proyecto europeo mantiene toda su vigencia.

BCE: UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

En cuanto al BCE, el resultado parece todavía más incierto, ya que todavía no hay acuerdo sobre una hoja de ruta para conocer los pasos a dar durante los próximos años, algo que es negativo, pero por otro lado el BCE tendrá una mayor participación en la supervisión del sistema bancario. De la próxima reunión de su Consejo, prevista para próximo jueves 5 de julio, podemos esperar, en el mejor de los casos, un recorte de tipos, una modificación de la tasa de interés para los depósitos bancarios y, tal vez incluso, el anuncio de una nueva operación LTRO.