March subrayó que desde ACS se ha luchado para conseguir grandes empresas españolas, pero recordó que la normativa sobre competencia dificulta las fusiones entre eléctricas en España. Ante esta situación, "habrá que dejar una parte del mercado en manos extranjeras", reflexionó.El directivo del banco
restó importancia al hecho de que EDF sea una empresa extranjera y afirmó que lo importante es que las compañías estén en condiciones de asumir los "retos" del sector.Según explicó, la constructora entró en Unión Fenosa en 2005 y luego compró una participación en Iberdrola, "como un inversor estable e institucional y no especulativo", con el objetivo de crear un gran grupo energético.ACS tiene un 45% de Unión Fenosa, y un 7,7% de Iberdrola de forma directa y otro 5% mediante derivados financieros.Sin embargo, las relaciones entre Iberdrola y ACS no han sido cordiales.Carlos March indicó que al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, "no le gustó la entrada de ACS"
y los hechos "parecen mostrar que sigue sin estar muy satisfecho".En cuanto a la actuación del Gobierno en este asunto, March se limitó a señalar que los gobiernos "siempre son parte en cuestiones estratégicas, aquí y en todos los sitios. Su obligación es interesarse por el qué, el cómo y el cuándo".La semana pasada se publicaron informaciones que apuntaban que EDF había adquirido una participación de Iberdrola mediante derivados financieros, y que ACS y EDF habían mantenidos conversaciones preliminares para hacerse con la eléctrica.Después de la adquisición EDF y ACS dividirían Iberdrola, de forma que la francesa se quedaría con Scottish Power y otros activos, y ACS fusionaría la división de energías renovables de Iberdrola y algunas de sus centrales hidroeléctricas con Unión Fenosa.Tras conocerse estas noticias ACS negó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haber llegado a "algún acuerdo" con EDF, aunque no aclaró si ha mantenido conversaciones con el grupo francés.