Los ingresos personales crecieron en mayo a una tasa ajustada por factores estacionales del 1,4% tras aumentar un 0,7% en abril. El ascenso reflejó una merma en los impuestos y un incremento en los beneficios sociales generados por el paquete de estímulo fiscal.

Los gastos personales crecieron un 0,3% frente al mes previo, cuando se mantuvieron sin cambios, informó el viernes el Departamento de Comercio. Originalmente, el Gobierno había informado que los ingresos aumentaron en abril un 0,5% y que los gastos cayeron un 0,1%. La proyección de los economistas consultados por Dow Jones Newswires era que los ingresos repuntaran un 0,2% en mayo y que los gastos crecieran un 0,3%.

El ahorro personal como porcentaje del ingreso personal disponible fue del 6,9% en mayo, frente al 5,6% de abril y el 4,3% en marzo.

La tasa de ahorro aumentó la primavera pasada, y desde entonces se ha mantenido en niveles superiores a los de los últimos años, una señal de que la gente está guardando dinero por temor a perder su empleo. Desde el inicio de la recesión, en diciembre del 2007, se han perdido 6 millones de empleos en Estados Unidos.

La tasa de ahorro del 6,9% fue la más alta desde el 7,6% registrado en diciembre de 1993. El nivel de ahorros personales, de US$768.800 millones, fue el más elevado desde que se empezó a llevar un registro del indicador en enero de 1959. El ingreso personal disponible -o ingreso después de impuestos- registró un incremento del 1,6% en mayo, gracias en parte al paquete de ayuda que el presidente Barack Obama promulgó en febrero para estimular la economía del país.

Entre los indicadores de inflación, el índice de precios para los gastos de consumo personal ascendió el 0,1% en mayo frente al mes anterior. En abril, el índice había crecido un 0,1%. Si se excluyen los alimentos y la energía, el índice básico ascendió un 0,1%.

Sobre una base interanual, el índice básico de precios para los gastos de consumo personal, que excluye los alimentos y la energía, ascendió un 1,8% tras subir un 1,9% en abril. La Reserva Federal presta especial atención a la lectura interanual del índice básico de precios para los gastos de consumo personal con el fin de determinar la existencia de señales de presiones inflacionarias excesivas. Se considera que la denominada zona de comodidad del banco central se ubica entre el 1,5% y el 2,0%.