En un debate ante el pleno de la Eurocámara sobre la cumbre del G-20 que se celebrará a finales de mes en Pittsburgh (EEUU), Almunia aseguró que los planes de estímulo de los países de la UE -cuyo importe, sumado a las prestaciones por desempleo, asciende al 5,5% del PIB europeo- "han logrado detener la caída libre de la economía" y han traído "los primeros síntomas de estabilización".

En este sentido, recordó que, por primera vez desde que comenzó la crisis hace dos años, la Comisión no ha tenido que revisar a la baja las previsiones económicas que presentó el pasado lunes para la eurozona y para la UE. Bruselas pronostica que ambas zonas saldrán de la recesión durante el tercer trimestre del año, aunque se contraerán un 4% durante el conjunto del año. Entre las grandes economías europeas, sólo España seguirá en crecimiento negativo a finales de 2009, pero caerá menos que la media europea, un 3,7%.

En todo caso, Almunia avisó de que "no estamos en condiciones hoy en día de asegurar que la actividad económica se puede sostener por sí sola si le retiramos los estímulos". "Existen, incluso con los estímulos que se están aplicando, riesgos de recaída dada la progresión del desempleo, extraordinariamente preocupante, y las debilidades aún no resueltas en el sistema financiero", explicó el responsable de Asuntos Económicos.

Por este motivo, Almunia anunció que la cumbre del G-20 reiterará "la necesidad de mantener por el momento las medidas temporales de apoyo, sin perjuicio de la necesidad de diseñar desde ahora una estrategia de salida coordinada" para reducir el déficit y la deuda.

La cumbre del G-20 debe servir además, prosiguió el responsable de Asuntos Económicos, para avanzar en las reformas del marco de regulación y supervisión del sistema financiero internacional para evitar que se repitan crisis como la actual. "Estamos asistiendo a un punto de inflexión radical frente a casi tres décadas dominadas por el paradigma de la desregulación y las teorías sobre la supuesta infalibilidad de los mercados financieros", indicó Almunia.

En este sentido, el comisario de Asuntos Económicos pidió a los líderes del G-20 que lancen un "claro mensaje político" sobre el carácter irreversible de estas reformas. "Que nadie pueda pensar que una vez que hemos superado lo peor de esta crisis puedan volver a producirse las prácticas anteriores que generaron la crisis como si nada hubiera pasado", dijo.

Almunia señaló que la cumbre del G-20 debe servir también para proseguir con la reforma de las instituciones financieras internacionales. Recordó que la UE ya se ha comprometido a aumentar hasta 125.000 millones de euros su contribución al Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo de la medida es reforzar los recursos de este órgano para salir al rescate de los países con problemas para financiar su deuda debido a la crisis.

El comisario de Asuntos Económicos apoyó la demanda de los países emergentes de mejorar su representación en los órganos de gobierno del FMI y defendió de nuevo que la UE tenga una voz única, algo a lo que se oponen los Estados miembros. "La mejor representación de la UE en esos órganos es una representación única", dijo.