La interpretación de los datos se ha realizado con la vara de medir de la decisión de la FED de la próxima semana (datos negativos harían más generosas los estímulos, que es lo que demanda el mercado).
 En primer lugar, el dato de crecimiento del PIB durante el Tercer Trimestre ha quedado en el 2%, que era la cifra esperada, acelerando el ritmo de crecimiento respecto al trimestre anterior (+1,7%).
 
La parte más positiva del mismo es la relativa a los gastos de consumo, que experimentan la mayor subida desde el cuatro trimestre de 2006. Este hecho es muy alentador, en una economía en la que 2/3 del PIB corresponden al consumo ciudadano; si bien, en la medida en la que el empleo no se recupera, el dato puede ser anecdótico e insostenible.
 
Las inversiones en negocios también suben con fuerza, pero sin duda la partida que más puntos aporta son los Inventarios, lo cual no es tan positivo, dado el stock almacenado. Tras conocerse el dato, el Dólar ha perdido terreno, lo cual ha sido bien interpretado por los índices.
 
El segundo dato conocido ha sido el PMI de Chicago, un indicador menos técnico y más heterodoxo, al ser el resultado de una serie de encuestas a directores de compras.
 
Este dato, al contrario que el del PIB, es en términos absolutos muy positivo para la economía, subiendo por encima de lo esperado su partida de empleo, de nuevos pedidos y de precios pagados, ofreciendo lecturas propias de una economía en expansión, que no necesita muchas ayudas.
 
El tercer dato conocido ha sido el Índice de Confianza de la Universidad de Michigan, relativo a la confianza y ánimos ciudadanos. Ha sido el peor dato de los tres, bajando más de lo esperado, arrastrado por la partida de expectativas (la de condiciones actuales sube por encima de lo previsto).
 
La lectura conjunta de los tres datos es ligeramente positiva para la economía y, tal vez, esta interpretación no era la que esperaba el mercado que, sin embargo, sube tras conocerse.
 
Esta semana hemos conocido también datos del mercado inmobiliario en EEUU, las Ventas de viviendas nuevas y usadas durante septiembre, quedando en ambos casos por encima de lo esperado. Este es uno de los sectores que más dudas generan y que más razones ofrecen para que se produzcan nuevas inyecciones públicas que, en gran parte, irían destinadas a comprar activos hipotecarios.