Competitividad. Es la palabra clave que parece definir el futuro de la empresa española. Porque sólo siendo competentes - no sólo de costes sino también en los procesos productivos, calidad de productos, tecnología y cuota de mercado -se logrará abrir  el negocio español fuera de nuestras fronteras. Es la principal conclusión del tercer estudio elaborado por el Observatorio de las Finanzas Corporativas, presentado en el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

Y la ecuación es fácil: "con el incremento del tamaño, las empresas se podrían enfrentar a otro de sus principales retos: abrir las puertas a la exportación". Ahora, insiste el estudio, la emprea española exporta pocos productos y de baja calidad pero junto acon la concentración "también hay que imponer políticas económicas que desarrollen las exportaciones, incentivando la innovación  y la inversión en I+D".

El estudio también pone el foco en las reformas estructurales que tendría que poner el Gobierno para facilitar este proceso de reestructuración. Entre las recomendaciones: reforma del mercado laboral que facilite a la pyme crear empleo, disminución de la burocracia administrativa pues las compañías españolas "se encuentran con el doble de trabas administrativas que el resto de Europa, lo que dificulta el desarrollo de su negocio".