Los tipos de interés históricamente bajos y el rápido crecimiento de la población provocaron una fuerte demanda de viviendas nuevas en España en los últimos 10 años. Pero el inicio de viviendas y las ventas han caído acusadamente desde la implosión del mercado hipotecario de alto riesgo en Estados Unidos el pasado verano, que provocó una crisis de liquidez a escala mundial.