Los datos muestran claramente la tendencia a la baja, ya que el retroceso del precio de la vivienda usada se ha acentuado en comparación con el descenso del 4,9% del segundo trimestre y del 0,7% del primero.

Lo mismo ocurre con la vivienda nueva, cuyo precio crece en menor medida que en el segundo trimestre (5,3%) y que en el primero (7,2%).

Por áreas geográficas el comportamiento de los precios fue dispar, ya que el IPV cayó en nueve comunidades autónomas, mientras que subió en ocho.

Los descensos se registraron en Cataluña (8,3%), Comunidad de Madrid (7%), País Vasco (6,3%), Navarra (5,3%), Aragón (5%), Baleares (2,6%), La Rioja (1,9%), Asturias (0,9%) y Cantabria (0,1%).

Por el contrario, los precios siguieron subiendo en Extremadura (2,9%), Galicia (2,4%), Murcia (2,1%), Castilla-La Mancha (1,4%), Andalucía (1,1%), Comunidad Valenciana (0,8%), Canarias (0,6%) y Castilla y León (0,3%).

En la ciudad autónoma de Ceuta el IPV cayó el 0,8%, mientras que en Melilla subió el 1%.

El IPV no incluye la vivienda protegida ni variables como el precio del metro cuadrado o el número de transacciones realizadas, que sí tienen cabida en otras estadísticas como la elaborada por el Ministerio de Vivienda.

La diferente metodología explica que los datos difieran, ya que según el Ministerio el precio de la vivienda registró una subida interanual del 0,4% hasta septiembre, al alcanzar los 2.068,7 euros por metro cuadrado.

Para elaborar su estadística el INE recoge la información del Consejo General del Notariado sobre escrituras formalizadas dentro del territorio nacional por personas físicas, tanto residentes como no residentes en España, durante el periodo de referencia.

Por su parte, el Ministerio de Vivienda se basa en los datos aportados por la Asociación Profesional de Sociedades de Valoración (ATASA).