Y es que desde la fundación del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras la II Guerra Mundial, ha mantenido al frente de la institución a representantes de países europeos.

"Estoy totalmente de acuerdo con la opinión de que ha llegado el momento de cambiar algo que es una tradición, pero no una norma ni una ley", afirmó el mejicano Gurría desde la sede de la OCDE en París.

En su declaración no entró a valorar, ni descartó tampoco, las propias opciones, propiciadas por medios estadounidenses, para convertirse en sucesor de Strauss-Kahn.

El economista, sin embargo, tuvo su oportunidad de dejar clara su postura en favor de que los aspectos que determinen la elección del nuevo dirigente se basen en "el mérito y no la nacionalidad", como ya manifestaron representantes de los países emergentes.

Sobre la candidata favorita europea, Christine Lagarde, admitió que la ministra cuenta "sin duda alguna con las condiciones idóneas para el puesto”.