La potestad sancionadora ejercida sobre las entidades financieras sujetas a control e inspección del BdE va encaminada garantizar el cumplimiento de la normativa legal, alcanzando esta potestad a las propias entidades y a los directivos de las mismas. Que nadie lo olvide, estas son las reglas del juego pero si la potestad sancionadora e inspectora no resulta eficaz a la vista de los problemas que surgen, también es deficiente y deberíamos reclamar su responsabilidad en este estado de cosas.

Cuando una entidad oculta su verdadera situación y hace ingeniería financiera para salvar su situación contable, está cavando su propia tumba. Porque una mala gestión y una falta de ética de sus directivos en esta misma gestión llevará a la entidad a la ruina con cargo al bolsillo de todos los ciudadanos, y no de sus accionistas, y antes de que esto ocurra han tenido que pasar por variados controles que no han realizado bien la función para la que estaban creados. Hablamos en primer lugar de las propias intervenciones y departamentos inspectores de la entidad que, aunque nadie puede crear un departamento de ese estilo y después que actué independientemente, es una utopía. Esta barrera es la primera que se saltan todos dado que es la más fácil, además de ser interna y a sueldo de la propia entidad. Estos departamentos sólo actúan duramente sobre directivos de bajo nivel, nunca sobre los de alto nivel, es un departamento más aleccionador que otra cosa.

Después de este nivel de inspección, está la propia auditoria de la entidad que se contrata externamente durante un cierto periodo de tiempo como mínimo. Esta labor auditora es la que debe controlar verdaderamente las cuentas pero nos encontramos con el mismo problema, son empresas a sueldo de la entidad e independientemente de esta labor tienen otros contratos paralelos de trabajo que nadie puede dejar de perder. Les liga una cuestión económica fundamental a las dos partes que, si bien la auditora tratara de salvaguardar su profesionalidad, siempre encontrará caminos intermedios para cubrirse las espaldas. Recuerdo muchas veces cómo empresas auditadas solicitaban certificados bancarios para demostrar las negociaciones cerradas en el año siguiente pero cuyos beneficios eran contabilizados en el anterior. En estos tiempos surgen problemas en entidades que lo primero que se nos ocurre es ver la auditoria de año anterior y la vemos impoluta, repasen las entidades que han tenido problemas o se han subastado ¿Alguna tiene alguna deficiencia? Las auditoritas están limpias ¿cuál es la responsabilidad del auditor? NINGUNA. Nunca pasa nada, el accionista se muestra indefenso frente a esos directivos rapiña que manipulan las cuentas para amañar resultados frente a sus accionistas, realmente las auditoras no ponen los medios suficientes para una verdadera revisión de sus estados contables, porque esto es una lucha entre David y Goliat, imagínense la firma auditora del Santander. ¿Alguien se cree que husmean en todos los rincones? Cuántos casos han pasado, pasan y pasarán sin que nadie se dé cuenta, y que ocurre nada. Y SI ESO ES ASI,¿PARA QUÉ NOS SIRVE?

Pero la verdadera responsabilidad está en la labor inspectora del BdE ¿qué ocurre cuando pasan estas cosas? Nada ¿dónde estaban los inspectores? ¿En el bar de al lado o verdaderamente inspeccionando a la entidad? ¿Dónde estaban en la Cam, Bancaja, Caixa Cataluña, B.Valencia etc.? LA ACTIVIDAD INSPECTORA DEL BdE IN SITU en entidades financieras en el 2010 finalizadas era de 79 y en Cajas de Ahorro 51. La actividad inspectora no insitu era en 2010 de 21 y 19 respectivamente. ¿Saben cuántos escritos sobre deficiencias de control y gestión se emitieron en el 2010? 59 en total. Debe de haber mucha política en todo ello, porque ninguna entidad de las que están en trámite de subasta fue cuestionada antes de que todo esto empezara en esos momentos en que se podían solucionar los problemas.

La confianza se demuestra eficazmente con una claridad de los planteamientos y actuaciones, es imposible que la situación financiera no se aclare. Es inaudito lo podríamos calificar así, que pidamos confianza a los mercados, cuando nuestras entidades financieras son las que más dinero piden al BCE, sus balances no son correctos, su morosidad la declaran por la cantidad de beneficios que pueden contabilizar trimestre a trimestre. Un ejemplo: cada trimestre las entidades extrapolan beneficios y saben cuántas operaciones hay que incluir en morosos y dotarlas y cuántas operaciones hay que reconvertir. Pero reconvertir con más importe y con carencia, este importe de más va a unos depósitos que se pignoraran. y servirán para pagar los intereses en periodo de carencia, con lo cual aumentamos el activo y el pasivo, operación redonda, y el moroso sigue ahí, después no pidamos confianza a los mercados

Hablemos claro y hagamos las cosas bien, exijamos responsabilidades a todos los intervinientes en el proceso, y la entidad que no pueda que cierre sus puertas y que sus accionistas corran con los gastos NO CORRAMOS TOOS CON ELLOS , de esta manera exigiremos mas en las entidades y a sus directivos.

Rafael Montava Molina
Consultor empresarial
www.rafaelmontava.com
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