Entre junio y septiembre de 2009, las economías desarrolladas experimentaron su primer episodio de deflación colectiva desde que la OCDE comenzó a reunir los datos en 1971, lo que evidencia la severidad de la crisis económica y de la recesión que llevó aparejada.

Pero el retorno de la inflación probablemente no provocará una respuesta inmediata en los principales bancos centrales, que seguramente mantendrán aún durante meses unos tipos de interés bajos que en algunos casos son mínimos históricos.

Eso se debe a que no hay signos de que vaya a haber una fuerte y generalizada subida de precios. La caída de los precios de la energía fue la causante de la deflación entre los miembros de la OCDE y ha sido también la subida de los precios de la energía la que ha hecho volver la inflación.

Los precios de la energía subieron en enero un 10,6% interanual, tras haber subido un 8,5% interanual en diciembre. En Estados Unidos, los precios de la energía subieron un 19,1% interanual.

La tasa de inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía y de los alimentos frescos, se mantuvo en enero sin cambios en el 1,6%.  Un pequeño número de países de la OCDE, entre ellos Finlandia, Irlanda y Japón, siguieron experimentando deflación en enero.