"Gran parte de la reciente tendencia de la inflación ha venido provocada por la volatilidad de los precios del petróleo, que marcaron precios récord en el verano de 2008, lo que subraya la necesidad de interpretar apropiadamente el dato negativo de junio", precisó la OCDE.

De hecho, los precios de la energía acumulan una caída del 15,5% anual, medio punto por debajo del descenso interanual observado en mayo, mientras que los precios de los alimentos suben un 1,8% interanual, frente al 2,6% que subían hace un mes. De este modo, sin tener en cuenta la volatilidad de precios de alimentos y energía,
la inflación de la OCDE sube un 1,7% respecto al año pasado.