Los activos alternativos líquidos se caracterizan por su menor volatilidad y su estabilidad en los flujos de caja. ¿Qué tipo de compañías son? Concesionarias de autopistas, puertos e infraestructuras ferroviarias, gestoras de aeropuertos, operadores de sistemas eléctricos, gasísticos y de telecomunicaciones, compañías especializadas en la gestión integral del agua…
La gestora estadounidense Legg Mason, a través de su ‘boutique’ de origen australiano RARE, apuesta en este contexto de mercado de final de ciclo por invertir en infraestructuras cotizadas, que aportan diversificación y sobre todo protección del capital, ya que muchas de estas empresas trabajan con la Administración a través de concesiones de muy largo plazo.
“No es una moda, RARE lleva gestionando infraestructuras cotizadas los últimos quince años. Creemos que son empresas con un amplio potencial, ya que de aquí a 2030 se prevé que la inversión en estos activos se duplique hasta los 110 billones de dólares”, explica Javier Mallo, director de Legg Mason en España y Portugal, en una presentación ante la prensa.
Desde la entidad apuntan citando estimaciones de la consultora David Hale Global Economics que sólo en Estados Unidos la previsión es que la inversión en infraestructuras sea de 44 billones de dólares en los próximos once años. “Los países desarrollados deben, en muchos casos, mejorar y renovar sus infraestructuras, mientras que en los países emergentes el crecimiento de la población y la expansión de las ciudades obliga a la construcción de nuevas infraestructuras”, indica Mallo.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 1959 sólo el 30% de la población mundial vivía en ciudades, mientras que en 2050 se espera que el 66% de los habitantes del mundo lo hagan en áreas urbanas. En 2014 había en el mundo hasta 28 megaciudades en el mundo, aquellas que tienen más de 10 millones de habitantes, y en 2030 se prevé que haya hasta 41 megaciudades. En esta previsión, el mayor crecimiento urbanístico se va a producir en Asia que acumulará la mayor parte de estas conurbación.
“¿Quién va a pagar todo esto? Los Gobiernos cada vez más necesitan capitales privados para acometer estos proyectos, aunque deben garantizar un marco jurídico estable para atraer estas inversiones”, defidende Mallo.
Red Eléctrica y Ferrovial, apuestas
Legg Mason cuenta con el fondo de renta variable RARE Infrastructure Value Fund, especializado en un universo de inversión de 200 compañías de este segmento a nivel mundial y que toma posiciones únicamente en un rango de 30 a 60 empresas, con una limitación por folleto de como mucho un 25% de exposición a emergentes.
“Aunque el potencial en emergentes es muy grande, el folleto tiene esta limitación por riesgos regulatorios, que es el primer riesgo en este tipo de compañías. Las 48 personas que trabajan en RARE cuentan con experiencia anterior en la Administración, reguladores… y tienen muy en cuenta estas cuestiones”, remarca Mallo.
Desde la gestora estadounidense remarcan que el fondo puede tomar posiciones más defensivas, como está haciendo ahora mismo, invirtiendo en ‘utilities’ con menos exposición al ciclo como las operadoras de sistemas eléctricos o las empresas que gestionan ciclos integrales de agua, o también aprovecharse del ciclo comprando gestoras de aeropuertos y autopistas.
De hecho, el fondo cuenta con una beta de 0,69 veces en contextos alcistas y de 0,55 veces en momentos bajistas. Esto supone que si el mercado sube un 10%, el fondo se revaloriza de media un 6,9%, pero si el mercado cae un 10%, el vehículo sólo cae un 5,5%. El fondo, asimismo, no cuenta con un índice de referencia, sino que busca revalorizarse un 5,5% más que la inflación media de los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido). La rentabilidad anualizada a cinco años es del 6,66% y en los últimos tres del 6,7%.
Entre las principales posiciones del fondo destaca la presencia de las españolas Red Eléctrica (REE) y Ferrovial, además ha llegado a tener exposición a Aena y a Abertis en el pasado. Las mayores apuestan es este momento son las canadienses Enbridge (5,3%), Hydro One (4,9%), Red Eléctrica (4,6%), y las estadounidenses Sempra (4,5%) y Cheniere Energy (4,4%).
Para los amantes del dividendo, el fondo cuenta con una clase que reparte rentas anuales en función de los dividendos de las compañías. La cartera actual tiene un retorno medio por dividendo del 4,2%