Las cifras publicadas por Indra en el primer trimestre del año dejaron un buen sabor de boca. Crecieron un 3% sus ingresos, su presencia en el mercado internacional se incrementó un 27% “y la contratación en compañías de proyectos es la base del futuro y estamos muy satisfechos”, reconoce Javier Marín, director de relaciones con los inversores de Indra. Sin embargo, ¿qué ocurrirá a futuro?

De todos es sabido que más que en los resultados, lo que el mercado premia son las previsiones. Y si son buenas…mejor. Por ello, Marín reconoce que mantienen los objetivos planteados para el año pero con una pequeña matización. “El rango de ventas, que se situaba en un incremento del 2-4%, ahora se coloca en la parte baja”. Sin embargo, resalta que “teniendo en cuenta la situación – no sólo en España sino a nivel internacional- plantearse crecer es un objetivo ambicioso”. Sobre todo cuando se combina con un sostenimiento del margen y una clara apuesta por el dividendo, “objetivos que se reiteraron en el primer trimestre del ejercicio”.

Buenos objetivos ¿mejor cotización?

Y con esos objetivos ¿por qué sufre la cotización de la compañía? Indra pierde más del 13% en lo que va de año y, aunque Marín no comenta los movimientos del precio, sí considera que “el mercado es soberano”. Recuerda que la compañía ha pasado de tener unas primas significativas con respecto a sus comparables europeas a cotizar con descuento por lo que “entendemos que en el medio-largo plazo debería revertirse esta situación”.

Y Marín da su visión sobre una situación en la que el mercado “ha penalizado mucho la exposición a España – donde la compañía tiene 2/3 del negocio- sin tener en cuenta que 1/3 de los ingresos son internacionales”. La estabilidad, incrementar la senda del crecimiento cuando los demás la han disminuido y mantener la rentabilidad operativa “son factores que el mercado tendrá que reconocer cuando se estabilice”.

Igual que lo reconocen los inversores que confían en la firma. Una familia “de largo recorrido, que no es cíclica, por lo que no esperamos grandes titulares sobre la compañía”. Éstos vendrán de la consecución de contratos pero “no hay grandes hitos transformacionales de la compañía, lo que refleja la estabilidad del dividendo”. Indra tiene claro que el deseo de retribuir a los accionistas se va a mantener en esa línea “con lo que así conseguiremos pasar la crisis y salir reforzados de la misma”.

Su exposición internacional, su objetivo

Y parte de ese crecimiento que busca…lo tendrán de su exposición internacional. Los descensos en las ventas que esperan en el mercado español – por el efecto recorte de presupuestos y la incidencia que tiene en su línea de ventas- les ha llevado a hacer esfuerzos “por estar presentes en todas las líneas del mercado y seguimos apostando por el incremento de la eficiencia y la productividad”. Un esfuerzo que también se hará para convertir a Indra en una compañía internacional.

¿En qué mercados? Marín advierte de que la internacionalización de la compañía es fundamental y sus planes para llevarlo a cabo siguen en marcha. Y es que reconoce que “aunque un tercio de los ingresos (que provengan del exterior) es un buen dato, no es el final pues dentro de unos años tendrá un peso parecido al español, sin perder ni las raíces ni nuestros clientes”. China, India, Haiti…”si miras el globo estamos poniendo banderas en todos los mercados en los que nos hemos centrado”. La apuesta de Indra por la aportación de inteligencia en infraestructuras de esos países emergentes es vocacional y “hacemos infraestructuras que generen más beneficios para el país, que sea más aprovechable y más inteligente”.