Iberdrola ha concluido este lunes en máximos de un año, a 11,145 euros por acción, tras subir un 0,41% en la jornada, y ha alcanzado una capitalización de 71.675 millones de euros. En lo que va de año, avanza un 7% y se consolida como la mayor energética europea por encima de la italiana Enel, que vale poco más de 62.000 millones. Los analistas aplauden su excelente situación para capturar el crecimiento en renovables y su prudente balance.
El buen comportamiento de Iberdrola se debe no sólo a los positivos resultados que presentó la compañía a finales de abril, sino a que la compañía no tiene exposición en el mercado ruso. El positivo crecimiento en Estados Unidos y Brasil compensó el negativo comportamiento del negocio de generación y clientes, afectado por los altos precios de la energía en España y Reino Unido.
Iberdrola está siendo premiada por las firmas de inversión que valoran que sus resultados estuvieron por encima de las previsiones y que además no tiene participadas en el país ruso. Los últimos informes de Jefferies y de Barclays le asignan respectivos precios objetivos de 14,2 euros por acción, con una recomendación de sobreponderar, y de 12 con un consejo de 'comprar' sobre el grupo eléctrico.
Optimistas previsiones
Iberdrola señaló durante la presentación de resultados que los beneficios del año pasado y las perspectivas de futuro en el negocio renovable le permiten reafirmar sus previsiones de crecimiento para 2022, año en el que espera alcanzar un beneficio de entre 4.000 y 4.200 millones de euros.
Citi ha subido el precio objetivo de la energética que preside Ignacio Galán hasta los 12,6 euros desde los 12,10 anteriores, de manera que su potencial se sitúa casi en el 30%. Entre los factores benéficos que destacan los expertos está un balance muy sostenible ante vaivenes de tipos de interés, ya que el 80% de su deuda está a tipo fijo y a largo plazo y el 50% del margen operativo está protegido de inflación.
Los analistas y agencias de calificación coinciden en las buenas perspectivas que se derivan del proceso de transición energética. En el caso concreto de Iberdrola, resaltan su buen posicionamiento para los próximos años y destacan la calidad de sus activos, con gran peso de los ingresos regulados; sus planes de inversión, principalmente, en renovables, y los buenos rendimientos para sus accionistas.
Este buen comportamiento no sólo se está dejando notar en la bolsa, sino también en el mercado de capitales. En plena guerra de Ucrania, Iberdrola logró reabrir el mercado de renta fija en Europa, al cerrar con éxito la emisión de un nuevo bono verde por un importe de 1.000 millones de euros.
Gracias a la diversificación geográfica, a la exposición a las energías renovables, que supondrán más del 30% del ebitda en 2025 y una importante base de activos regulados, el modelo de negocio de la compañía es resiliente al contexto actual.
Iberdrola ha pasado de ser una utility local a convertirnos en un líder energético global, que ha cuadruplicado su capacidad renovable, cuadruplicado el beneficio neto y sextuplicado su capitalización bursátil.