Los analistas del banco de inversión apuntan que de las cuatro compañías del S&P 500 que presentaron sus resultados trimestrales la semana pasada, tres quedaron por debajo de las expectativas y el mercado cayó un 2,7% en la semana."Pensamos que los débiles resultados son un signo de lo que vendrá en la temporada de presentación de cuentas del primer trimestre. Esperamos que el déficit de ganancias e ingresos del primer trimestre junto a las revisiones negativas para el conjunto de 2008 llevarán al S&P 500 más abajo (...) Los primeros resultados son una profecía de lo que puede venir", señala el informe.En este sentido,
el documento destaca que los decepcionantes resultados entre las grandes compañías tienen el mayor potencial bajista sobre el índice, no sólo por su mayor ponderación sino también por el valor simbólico y la perspectiva informativa que proporcionan sobre el estado de la economía."Los resultados del pasado viernes de General Electric, por debajo de lo previsto, se extendieron por el mercado, arrastrando un 2% al S&P 500 y con ningún sector en positivo", recuerda la nota. Asimismo, los autores del informe consideran que previsiblemente en las próximas semanas se producirán nuevas sorpresas negativas
en relación a las previsiones de beneficio por acción. "El consenso estima que las ganancias aumentarán un 7% en el primer trimestre excluyendo al sector financiero, lo que consideramos demasiado optimista. Sin tener en cuenta el sector financiero, las estimaciones del primer trimestre han bajado un 1,7% interanual, pero tras las noticias de GE, los fundamentales podrían haberse deteriorado más de los que los analistas prevén", señala el documento.En este sentido, el informe advierte de que el S&P 500 ha caído un 14% desde sus máximos del pasado 9 de octubre y señala que la negociación aparentemente no parece seguir una tendencia, aunque apunta que, sin embargo, parece haber una fuerte relación entre el comportamiento y las revisiones de beneficio por acción, lo que en opinión de los analistas de Goldman Sachs sugiere que "pese al ruido de la negociación a corto plazo, el mercado está valorando los fundamentales".